Santa Marta

Publicado en Diario de Noticias de ílava el 30 de marzo de 2010

Estoy pensando en enviar una propuesta al obispado para que sin destituir al actual patrón, sea San Miguel o San José, eleve al papel de patrona de Abetxuko a Santa Marta. Pediré también al alcalde que trate de hermanar el barrio vitoriano con la ciudad caribeña. Comparte con ella la posición junto a las montañas. Allí­ la Sierra Nevada y aquí­ el Gorbea. Cierto es que pasa el tren más lejos de Abetxuko que de Santa Marta. Cierto también que las olas del Caribe no baten sus playas, pero para eso está el Zadorra. Eso sí­, como todo el mundo sabe”¦ Santa Marta, Santa Marta tiene tren pero no tiene tranví­a, y Abetxuko tampoco. Abetxuko, Abetxuko no tiene tren ni tampoco tranví­a.

“Patinando, patinando se cayó / la niña Salazar / y al caerse se le vio ¡ay caramba! / que no sabí­a patinar, ¡ay caramba!” . Así­ termina la canción, que aquí­ podrí­amos adaptar algo así­ como: “Esperando, esperando se quedó / el verde Euskotran / y al de un rato se le vio ¡ay caramba! / que no querí­a esperar más ¡ay caramba!”. Y como no querí­a esperar más pues ya que estamos de canciones reaccionó a lo Perales “y se marchó”.

Atrás quedaron las disputas y debates, las asociaciones, reuniones y mesas de trabajo. Los estudios y pasquines más diversos comenzaron a ser pasto del polvo y las telarañas. El cielo se quedó sin catenaria y las calles escaparon a su vocación de planos sobre los que trazar paralelas. Seguirán los vecinos como siempre. Subiendo a pie.  Llegando en agosto sudados a lo alto y patinando en febrero como la niña Salazar para mostrar al caer las vergí¼enzas propias y ajenas. De lo de no saber patinar, visto el patinazo general, casi mejor que ni hablamos.

A los agentes de esta historia, a los del barrio y a los que no lo son tanto, me los imagino yo ahora como los piratas que acaban con sus huesos en el mar en prácticamente todas las aventuras de Asterix y Obelix. Me los imagino en La Cizaña, agarrado el capitán a un tronco tras haber hundido ellos mismos el barco diciendo aquello de “¡ya no necesitamos a los galos! ¡Podemos prescindir de ellos para hacer el ridí­culo!” “Auri sacra fames!” habí­a dicho el pirata latinista unas viñetas antes”¦ y cuadra también esta maldita ambición de oro, de gloria o de lo que sea que ha terminado por dejar al barrio compuesto y sin tranví­a. Aunque quizás irí­a mejor aquello de “atque ubi solitudinem faciunt, pacem appellant”, “allí­ donde crean desiertos, hablan de paz”, que citando a Tácito decí­a también el pirata en Asterix y El Caldero.

1 comentario

  • Marítxu Gainzarain dice:

    Ay mi Abechuko, que tiene tranví­a, a pesar de los vecinos, grandes y pequeños, comerciantes, estudiantes, amas de casa, profesionales varios, algunos polí­ticos, perros, gatos, y pajarillos, a pesar de las aceras y los árboles, de las ventanas que miran a la calle, y de las farolas. A pesar de la crisis, de los trabajos y de las siestas, de los primos lejanos y del conocido ingeniero, de los maniqueos y agnósticos, de los recuerdos en el rí­o, y las moras negras, así­ como de las piernas rotas del resbaladero, y esas sombras viudas detrás de las puertas..Sí­, sí­ a pesar de todo ABETXUKO TENDRí SU TRANVíA, y le diremos adiós al autobús de toda la vida.
    ¡¡¡¡¡Ay!!!!!

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