Estaba a punto de irme camino de la cama cuando, tras oir un resumen de prensa de estos que se cuentan en las radios he sentido la impresión de dejar por escrito algunas notas. No tanto como producto final sino como recordatorio sobre algo que me llama la atención.
De todos es conocida la compartimentación ideológica de la prensa española, y mundial, supongo y afirmo también. El caso es que generalmente uno conoce una noticia y casi a ciegas podría ir redactando el titular para cada medio y hasta acertaría a la hora de adivinar columnas y posición en el papel. El caso en este caso es que uno no puede menos que sentirse sorprendido y ponerse a elucubrar sobre alternativas varias.
El tema que nos ocupa es el conflicto saharaui marroquí y la posición implicación de las autoridades españolas. El conflicto saharaui, en su día a día es tradicionalemten una bandera de la izquierda, de la de verdad, y hasta una causa mirada con simpatía por los nacionalismos centrífugos. Conceptos como la defensa del derecho de autodeterminación; el componente izquierdista del frente polisario; su posición cercana a considerarse en determinados casos fuerzas terroristas o para terroristas a la vista de la concpeción occidental del término; y hasta incluso la respuesta dada a determinadas acciones del Frente o de quienes le apoyan, (recuérdese el caso de Willy Toledo) sugerirían un reparto diferente de titulares y redacciones más o menos sibilinas.
Hete aquí sin embargo, que la derecha en bloque, y su prensa al frente, resultan ser los más ardientes valedores de los saharauis y quienes les defienden, y azota sin reparo al gobierno socialista por su tibieza, por su timoratez y hasta por su cobardía frente a los gobernantes del reino de  Marruecos en el conflicto.
¿Será por que herederos como son de la España del XIXy del XX, siguen considerando a Marruecos un heredero secular y añoran lo añorable y lo olvidable de pasadas “glorias imperiales” en tierras del norte africano?
¿Será que añoran la firmeza de episodios que ponían en valor y con valor la entidad de España como potencia en heroicos episodios como el del perejil?
¿Será que sienten aún sangrante la herida que supuso el ignominioso episodio de la última imagen de derrota del laureado ejército español? Una derrota sin batalla pero con más muertos de los que nos hicieron ver y que en círculos militares nunca se acabó de comprender o quizás se comprendió demasiado bien.
¿Será quizás un verdadero arrebato de solidaridad con un pueblo del que poco se puede obtener, africano y desvalido?
Me temo que a esto último hay que decir que no. Me da que la derecha se mueve más en clave de su concepto de ser español. Defiende en suma los intereses que considera intereses españoles ilegítimamente arrebatados por Marruecos y susceptibles de ser retomados recolonizando la antigua colonia hoy estado soberano en esas claves tan curiosas de respeto a la soberanía y robo a traición que sustentan las relaciones de amistad norte y sur propias del siglo XXI.
Me temo además que a todo esto se suma el don de la oportunidad y la ocasión de atacar al gobierno buscando surfear la ola del más rancio orgullo patrio en su favor frente a la debilidad y pusilanimidad de Zapatero, incapaz de doblegar “al moro” y de imponer el prestigio español en todos los rincones del planeta incluidas las propias naciones de europa.
Pero para mi tristeza,  me temo y sospecho ciertamente que el centro y hasta parte del centro izquierda no va mucho mejor. Me da que le preocupa más que no se guarden las formas y que expulsen a periodistas y que no pueda contarse con claridad los muertos y las atrocidades, que la auténtica resolución de denunciar la injustica y actuar o al menos presionar en línea de promover cierta justicia o cuando menos el respeto a la legalidad internacional, auqne sea en forma tan mediocre y retenida como exigiendo el respeto a las resoluciones de las mismas naciones unidas. Pues ni eso.
En fin, que unos y otros a la gresca y la arena sin barrer.
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