El indiferente y otros relatos. Proust, Marcel

Tí­tulo: El indiferente y otros relatos
Autor: Proust, Marcel
Origen: Paris, 1896.
Edición: Jose J. de Olañeta, Editor, Palma, 2010
ISBN: 978-84-9716-676-8
Adquisición: Lo compré en Elkar en noviembre de 2010
Terminado de leer el 23 de noviembre de 2010
Mi referencia : 00061-A
Comentario: No es el primer tí­tulo de esta colección que comento. Son obritas peqeuñas, de apenas 14×9 y de no muchas páginas, 84 en este caso. Ideales para esconder en cualquier sitio y leer a salto mata en cualquier tiempo de espera o de meditación. son además grandes autores por lo general que nos aparecen en obritas peqeuñas y rápidas de leer. Unas gustan más y otras menos, pero en cualquier caso no hay que tragarse cientos de páginas para hacerse una opinión.

En este caso se trata de Marcel Proust, universalmente reconocido por su novela “En busca del tiempo perdido”. Aquí­ nos ofrece cuatro relatos, o si lo pensamos mejor, una novela breve o relato largo, dos relatos breves y una especie de crí­tica literaria. Si se me apura casi lo que más me ha interesado es la crí­tica que, bajo el tí­tulo de “Contra la obscuridad”, dedica el autor a los simbolistas en particular y a los jóvenes vanguardí­sticamente engreidos en general. contiene interesantes apreciaciones que siguen aún vigente en torno a conceptos muy ligados a las artes, el elitismo, la subversión frente al lenguaje, la necesidad de distanciarse de lo anterior, el ansia de superación y un cierto afán de provocación, por no hablar del eterno saltarse las reglas como acto pretendidamente creativo que esconde el no quererlas aprender o no poderlas practicar con soltura y elegancia.

Los relatos tienen el aroma denso, teatral y melodramático de la época. Dramas que no existen se convierten en folletines con pies de barro en los que los protagonistas se angustian y revuelven en congojas sin sentido. Digamos que son catálogos bien vestidos de auténticas pajas mentales en torno a conflictos que puede que en su época tuviesen sentido, pero que a la vista de lo que hoy ocurre, se cuenta y se representa resultan auténticamente banales. sobrevuela un aire excesivamente previsible y demasiado convencionalizado de lo que es el romanticismo y de lo que es la fractura de ciertos roles sociales. La homosexualidad y la muerte, el suicidio o su deseo, los amores imposibles y nunca confesados a tiempo… y encima un personaje va y se llama Leslie, como en aquellos estudio unos en blanco y negro en los que se doblaba todo menos los nombres…