Ya no se si enfadarme conmigo mismo, si rebelarme contra mi persona, si empezar por aniquilar a los que me rodean o si seguir un poco más lejos. Ya no se si yo soy tonto, si lo son los más allegados, si son los que me cuentan las cosas los que me toman por tonto, o si lo son los que hacen las cosas que me cuentan los que me las cuentan, que, por cierto, empiezo a caer en la cuenta de que posiblemente son los mismos.
El caso es que tal como comenté en su día los especuladores siguen apretando sus tornillos y sus tuercas y los medios intentan convencerme de que es una catástrofe, de que es una debacle y de que nuestro pobre gobierno lucha por demostrar a las fuerzas ocultas del mal que es capaz de apretarnos tanto o más de lo que venían haciendo. Y ahí es cuando yo no entiendo nada.
Nuestra deuda es la más cara de europa. Un 3% más que la de Alemania, la subastan según me ha parecido oir a más de un cinco por ciento de interés. Si hubiese gestionado mejor mi hipotecario al 3,75, podría ahora comprar deuda al 5, pagar mi hipotecario y ganar además cerca de un dos. Estaría entonces interesado en que la deuda que me pagasen fuese aún mejor para mi, y nunca compraría la alemana. Tal como va el mundo, el riesgo de que el sistema se derrumbe y no me paguen, teniendo en cuenta que hay estados de por medio, y que por estar está en juego hasta el euro lo veo más bien lejano. Claro que también podría dejar mi hipotecario en paz y vender mis acciones de bolsa, que esas si que fluctuan y que en un momento dado me dan menos rentabilidad a medio largo plazo que las letras del tesoro. Así que vendo y baja la bolsa. Que curioso. ¿Tan dificil será saber quien coño está comprando la deuda para aplicar aquello del qui prodest para saber a quien tengo que freir a impuestos?
En fin, que sin ser un genio de las finanzas todo lo que pasa es coherente y tiene su sentido, aunque no tenga nada que ver con el común y sí mucho con el particular de algunos. En momentos de incertidumbre, lo mismo que el oro y los cereales, el dinero prefiere el seguro de los tesoros estatales, pero como pagan poco, nada mejor que sembrar la sombra de la duda y hacer que sea más cara la deuda para que el importe del recibo empiece a ser interesante. Si de paso, forzamos al gobierno compungido a desregular mercados y adoptar a golpe de bulo los más ferreos principios del neoliberalismo trasnochado, pues mejor que mejor. Cuando de nuevo desaparezcan las incertidumbres y podamos ganar dinero a espuertas y seguro tendremos un sistema más adecuado para nuestrso intereses, y como la deuda ya no será necesaria, ni tampoco los tesoros, dejaremos que baje mientras seguimos, eso sí cobrando nuestros intereses atrasados. ¿Que baja la bolsa? Pues entra dentro de la misma lógica de los mercados. Los márgenes seguros la hacen poco interesante. Ya vendrán mejores tiempos.
Pero calla, que eso no es lo mejor. Lo mejor es que intentan convencerme de que el gobierno a su vez intenta despejar las dudas que hay en los mercados pensando que son estas las que nos hunden. Pero vamos a ver. Si tal como hemos dicho, los que siembran las dudas son los que están facturando las tempestades y convirtiéndolas en propios beneficios. ¿Como vas a pretender convencer a quien te hunde de que no estás hundido? Si ya lo sabe, si lo único que quiere es que te lo creas tú y los que dicen gobernarte. ¿O es que ahora va a resultar que los grandes especuladores son más tontos aún que nosotros y necesitan que salga un mindungui con gráficos y números para enseñarles como va el mundo? Pero si son ellos los que lo llevan, y visto el resultado, para sus intereses claro está, está claro, reitero, que lo llevan mejor que los que nos gobiernan.
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