Publicado en Diario de Noticias de ílava el 15 de marzo de 2011
Hace años ya que sonaba aquello de, Vitoria puerto de mar. Hace años también que el grupo aquel que era más bien muchedumbre cantaba aquello de que aquí no hay playa. Y mira tú por donde el verano que se nos acerca, si lo preparamos bien, que aún tenemos tiempo, nos puede traer playa y, rizando el rizo, Vitoria, aeropuerto de mar.
Me explico. Con esa habilidad que tenemos por estas tierras para hacer de la necesidad virtud, le he dado unas vueltas al agónico discurrir de Foronda en lo que a los aires se refiere. No hace mucho que saltaba a los titulares la triste noticia de que este verano Foronda se quedaría sin pasajeros. Digo yo que será sin los irregulares, porque los regulares los perdimos a primeros de este. Pero a lo que iba yo.
Ahora que somos cosmopolitas copiemos a los que saben de esto. Copiemos por ejemplo a París y a su política de playas de verano e interior con que decoran los márgenes del Sena. No tenemos aeropuerto pero si una de las planchas de cemento más largas del entorno. ¡Pues le echamos arena y ya está! ¿Y de dónde sacamos la arena? Pues claro está, de La Minoria, que para eso es arena con label alavés. Y ya que nos dejan el hoyo por lo menos que nos dejen que disfrutemos del bollo.
Con la arena extendida y nuestras carnes tendidas, ¿qué es lo que nos falta? Pues el mar, claro está. ¿Y de donde lo sacamos? Pues también es evidente. Hacemos una zanja y la rellenamos con el agua que se escapa en Noryeste. Regar no regamos, pero por lo menos nos bañamos. ¿Y las olas? Pues tampoco hay problema. Según hemos leído últimamente resulta que no muy lejos existe ya la tecnología y hasta el proyecto en marcha, y resulta además que como al tinglado no se le llama una charca con olas sino un wave garden, que mejor que una green capital con Bussines Arts and International Center para contar con uno. Así de paso por una vez en la vida cogemos algo a nuestros hermanos en lugar de que nos lo cojan a nosotros.
Podemos mezclar la arena con tóxicos y metales pesados y así en lugar de bronce pillamos Green que va más con nuestro color corporativo, y como nunca es descartable que lo acabemos ampliando llamaremos al complejo el Foronda Arena Wave Garden Internacionnal Beach, buscaremos alguien que le ponga un nombre más corto por un pico y pondremos la cubierta del Buesa a modo de sombrilla singular.
En fin, que a veces cuando me pongo a desvariar, y me doy cuenta de que no soy el único, ya no se si vivimos en la Green capital o en la Gin capital.
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