El sociómetro

Estos dí­as es noticia la publicación del sociómetro vasco correspondiente a su entrega de Abril de 2007. Trae un gran volumen de datos, como es habitual, pero yo me he quedado con los que reflejan un par de sus páginas, de los otros ya se han encargado los medios con profusión.

Para poner las cosas en contexto, se trata de encuestas realizadas con posterioridad al atentado de Barajas, lo que ciertamente tiene su reflejo en los resultados que el estudio aporta.

LLama la atención en primer lugar, un dato paradójico que hablarí­a en cierto modo de cómo la polí­tica en este paí­s está degenerando en una situación tan absurda que se producen resultados delirantes. A las alturas a las que me refiero, entre enero y febrero, si hay dos agentes básicos del deterioro de la situación polí­tica, parece claro que son el atentado no condenado de Barajas, y la actitud cada vez más levantisca del Partido Popular. Pues bien, aquellos que actuan con mayor entrega para deteriorar la situación son los que, tal como recoge el sociómetro en su página doce, peor valoran la situación polí­tica actual. ¡Y eso que son ellos los que la han llevado a este punto! No lo acabo de entender, porque si lo que busco es la bronca, y la encuentro, a base de crispar, descalificar, y aplicar el decálogo Goebbeliano que tan bien describí­a el otro dí­a Manuel Cañadas en el Diario de Noticias de ílava, lo extraño es que luego diga que la situación polí­tica es mala.

Vamos, que eso es como volar una terminal en Barajas matar a dos ecuatorianos e intentar convencerse de que no ha pasado nada y todo sigue igual. Ni para el cemento del parking ni para los coches achatarrados, y menos aún para las familias de los difuntos la vida sigue igual. Para algunos incluso ni siquiera sigue. Pues bueno, tampoco van las cosas bien para los que andan por esos mundos del señor.

En fin, que alguno deberí­a mirar con atención el gráfico de la página 45 del sociómetro, que recoge la evolución del ánimo de los vascos y darse cuenta de como de un tiempo a esta parte, los sentimientos que pueblan nuestro ánimo son de forma creciente la preocupación, la desilusión, la confusión, el miedo y hasta la sensación de desaprovechar el tiempo, mientras que el optimismo y la ilusión van desapareciendo de nuestro espectro de sensaciones.

Una lástima que creo que no nos merecemos, y para la que alguien tendrá que hacer algo.

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