Al paso que vamos esto de la cultura vamos a tener que incluirlo en el capítulo de asuntos sociales. Ni los intentos por adentrarse en el terreno aquel de las industrias culturales, ni la educación abierta, ni la cerrada, ni los mass media ni las nuevas tecnologías han conseguido que avancemos algo en esto. Se mire como se mire, y hablando de recortes, todo el mundo mira para otro lado cuando hablamos de cultura. Pero eso si, los asuntos sociales, por ejemplo, no se pueden tocar. Y me parece bien. Sólo que para mi la cultura es quizás el más social de los asuntos sociales de género humano.
Di que es normal que los gobernantes, mientras piensan en que recortan vayan recortando los ya de por si exiguos dineros culturales. Para que vas a gastar en algo que a la gente no le importa. Porque mira tu… pagamos subvenciones para dar conferencias y dicen que son aburridas. O sus organizadores son tan torpes que las ponen el mismo día que juega el baskonia, el alavés, la roja o cuando son las clasificatorias de fernando alonso, la copa davis o el especial de salvamé. Si se lo curran con apoyo audiovisual entonces es el tema el que no funciona. Si es un libro, que a menudo el que paga no ha leido se edita a menudo para mayor gloria, del autor más o menos recomendado y del cargo público metido a programador de eventos en los que el protagnoista es él. Si el libro es bueno entonces puede que el autor sea crítico y claro… uno no paga con lo de los demás para que encima se metan con uno. De todas las artes y las ramas del saber, una por una, podemos decir prácticamente lo mismo. Si la actividad cultural se realiza a pie de calle entonces es elitista. Si es abastracta o conceptual es cosa de listos que sacan el dinero para hacer lo mismo que haría un mono o el hijo del que habla, que tal y como habla se ve que para él viene a ser lo mismo.
Claro y hablando de esto de los hijos ahí si que uno pierde la esperanza. Quitas una ayuda para libros, que vienen a ser cien euros y se pone todo el mundo como loco. Los que más aquellos en cuyo domicilio lo único impreso que entra son las cartas del banco, y en formato parecido a un libro los del colegio de los niños. Eso si, el marca con su cafelito no hay quien se lo quite, y al niño que no le falte la consola, el movil o el mp3 y los cincuenta pavos para el botellón del sábado a la tarde.
A mi los libros de texto a veces me parecen caros. Pero me lo parecen porque compro otros libros y comparo. A mi me cuesta menos quitarme dos gintonics que el placer de comprar un libro. y no es mucho más lo que hay que quitarse, pero claro… luego resulta que somos raros, muy raros, practicamente antisociales. ¿Porque no hablamos de futbol? ¡que va! si de futbol también hablamos, pero no todo el rato.
En fin, que cuando, como este fin de semana, asisto o participo en la organización de algún acto cultural y veo la respuesta… me entra un sentimiento contradictorio. Montar como montaron la gente de la Cohors I Gallica en La Puebla de Arganzón un despliegue de medios, soportes y espectáculo hubiera merecido mayor aprecio por parte de los que se lo perdieron. Pero fueron por desgracia mayoría. Como decía antes en estos casos me siento confundido. Por un lado me resigno a disfrutar en corta pero agradable compañía. Por otro lado no me resigno a vivir en un mundo de seres que de humanos tienen todos los vicios y pocas de las virtudes. Por el del medio, por el que se cae como el del chiste, me conformo con seguir soñando activamente con un mundo en el que las palabras sirven para algo más que para hablar…
Algún día nos daremos cuenta de que la cultura no es gasto, ni siquiera una inversión, la cultura es simplemente lo que nos hace humanos, en el buen sentido de la palabra. Sin cultura somos más que nunca animales tecnológicamente avanzados, pero animales al cabo, y ahí es donde los recortes, los mercados y los abusos son cuestión de fuerza más o menos delicada, más o menos sibilina. La razón siempre ha sido el eslabón más debil de la evolución… al menos aparantemente… pero yo no la descuidaría.
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