En tiempos de tribulación como los que vivimos, algunos, desoyendo los sabios consejos del de Loyola (Ignacio, no Arnaldo), se empeñan en hacer mudanza. Apoyados en la Hispania CISterior, que empieza a hacerse profunda, niegan la posibilidad no ya de la utopía, sino incluso de una realidad posible y ulterior. Al paso que vamos nos harán como los nuevos estrategas del marketing de emboscada. Nos mandarán nuestra propuesta de voto en función de nuestro perfil demográfico y nos dirán en letra pequeña al dorso que, en caso de no contestar al envío, darán por aceptada la propuesta y procederán a su introducción previa en la urna evitándonos el incordiante esfuerzo de acudir a votar. Las urnas entonces serán opacas, para que no veamos que nacen ya preñadas, y los más despistados que acudan a votar sin haber rechazado la propuesta se verán devueltos a sus casas sobre en mano bajo acusaciones de dejados, despreocupados, indolentes y hasta marcianos.
Y todo gracias a una encuesta cuyas páginas primeras y medianas se niegan muchos a leer. Y no hablo tanto de la cocina que ofrece platos tan trasgénicos como el que ofrecen para ílava. Me refiero a datos más chocantes que nos debieran llevar a plantearnos que la elección que nos proponen está equivocada, que la elección real que muchos deseamos es otra. Datos que con la prisa en llegar a la hoja con los resultados la gente pasa sin leer.
Si empezamos por el principio debiera resultarnos chocante que, mientras el 66,7 de los encuestados declara que la política le interesa poco o nada, diarios, noticiarios y redes sociales se empeñan en llevarles la contraria dedicando una gran parte de su espacio y tiempo a algo que no interesa más que a un tercio de la población. Cuando habría que preguntarse por qué ocurre esto nos empeñamos en preguntarnos a quién elegirá esta tropa de pasotas. Mientras nos empeñamos en hablar de corbatas nadie se pregunta por la razón que puede hacer que un desencantado vote a sabiendas de que su voto no ya es que no vaya a solucionar nada, es que ni siquiera lo va a mejorar.
Y es que la segunda cuestión que llama la atención es el calibre que tiene esta resignación colectiva. Más del 60% de los encuestados piensan que el gobierno del PSOE lo ha hecho en estos últimos cuatro años mal o muy mal. Hasta ahí podríamos decir que entra casi dentro de lo normal si tenemos en cuenta la que nos está cayendo. Pero si consideramos que el porcentaje de los que piensan que el PP lo hubiese hecho igual o peor es casi el mismo, incluso ligeramente mayor, un 62% la cosa ya es delirante. Más aún si consideramos que un 67%Â de esos mismo encuestados tiene, a pesar de lo anterior, su voto decidido y que los indecisos dudan en gran parte entre guatemala o guatepeor. Total que entre renegados, desengañados y engañado varios, con el incuestionable apoyo de la ley d’hont y el sistema electoral en general, según esa misa encuestalos que peor lo han hecho o lo hubisens hcho de haber podido haceerlo, son lso que van a ocupar el 92% de los escaños en disputa.
En definitiva, entre pitos y flautas, el personal pasa de los yayoflautas y de los perroflautas y, como dirían los Chunguitos:
Si me das a elegir
entre tú y mis ideas
que yo sin ellas
soy un hombre perdido, ay amor…
Me quedo contigo
Y eso aunque sepa que eres un inútil y dude si eres también un ladrón.
P.D.- Por cierto, muy buen tema que puedes recordar en Youtube. A mi me recuerda a Deprisa, deprisa, de Saura, pero eso, la película y la canción, es otro tema, y nunca mejor dicho, ¿o igual no?.
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