Diario de campaña vista con buenos ojos. Día 5
Hoy salimos de viaje. Porque lo que me ha llamado la atención es el escándalo sobre la abstención de la mujer que comparte estos momentos de su vida con el triunfante Sarkozy. el escáncadlo escandaliza tanto por la falta de explicación sobre una actitud tan “provocadora” como por los movimientos de un allegado a sarkozy, que no de él mismo por silenciar el asunto.
Pero volvamos a la campaña. Llevamos unos días por aquí de campaña y una de las cosas de las que hablamos con frecuencia es del cansancio que las campañas provocan en sus actores y el hastío que llegan a provocar en muchos de sus espectadores. si juntamos las dos variables en la mademoiselle Sarkozy, su abstención es más que comprensible. Es fácil suponer que estaba incluso agotada o simplemente harta.
Pero hay una segunda cuestión, y es la del “voto familiar”. Y aquí es donde la campaña se nos vuelve más cercana.
El que haya visto confeccionar candidaturas en los peqeuños municipios se da cuenta inmediatamente de la manera en la que se asume ese “voto familiar”. Las familias largas son tocadas por unos y otros, porque “aseguran” tantos votos como miembros tenga la familia. Y el caso es que eso del voto dicen que es libre y secreto, pero en según que entornos no lo es tanto, y todos conocemos estampas de voto en matrimonio, aquel que se prepara tranquilamente en casa, y se lleva a la urna en total libertad, en total unanimidad y con todo el secreto de las paredes de la casa.
Pero también conocemos todos, yo en Vitoria conozco unas cuantas, parejas o familias en las que de la forma más natural conviven gentes de uno u otro signo, sin que se caiga el mundo ni se rompa nada que no pueda romperse por otras causas.
Al final va a resultar que lo que molesta del caso no es que ella no le vote a él, sino que se sume a ese gran partido europeo ue es la abstención. Porque claro, alguno dirá, si ella que lo conoce tan de cerca pasa del sistema, ¿con que ilusión vamos a ir el resto a cambiarlo con nuestro voto?
Así pues ya saben los cónyuges lo que toca, aunque sea en blanco voten a sus candidatos.
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