De aquí a unas horas se acaba la campaña. En los últimos diez años esta es una de las pocas en las que no me ha tocado trabajar de una u otra forma, lo que evidentemente no me ha impedido ver, leer, observar y pensar. Pero además como uno tiene cierto predicamento en cuestiones políticas dentro del ámbito familiar (visto lo visto no acabo yo de entender muy bien por qué), en estos días mi padre por una parte y mi hijo por otra me han preguntado cual era mi opinión al respecto. Así pues he pensado que sería una buena idea poner en resumen una serie de elmentos para que luego cada cual, incluido yo mismo, tome su decisión al respecto. Como puede que aún así alguno piense que hago una petición de voto lo publico hoy que a´n está abierta la campaña para que se pueda leer también mañana que es jornada de reflexión.
Empezaremos por “los grandes”.
El PSOE ha hecho una buena campaña electoral. Una pena que sólo haya sido la campaña electoral. El lastre preelectoral le pesa como una losa y el resumen que podíamos enunciar como está muy bien lo que me cuentas pero se lo que has hecho se resume en la pregunta que sigue a toda propuesta ¿por qué no lo has hecho antes, cuando podías hacerlo? El otro día viendo uno de los spots de Rubalcaba recordaba yo al “viejo profesor” y me da que en cierto modo es el referente lejano de la campaña de Rubalcaba. Un aire de docencia, una posición de humildad, una imagen de serenidad mesura y sabiduría. El tono pausado, el mensaje didáctico, el gesto cercano. El único problema de Rubalcaba es su curriculum. Y volvemos a la pregunta del millón… todo está muy bien… pero ¿por qué ahora y no antes? Me lo decía el otro día un hombre de la calle, uno más. La única forma en que el PSOE podría haber salvado de verdad la papeleta era presentando a un díscolo, a un rebelde, a alguien que permitiese pensar al votante que algo iba a cambiar y que pudiese hacer que el candidato se presentase como una incóginta de futuro, no como una certeza de pasado demasiado cercano. Mi impresión es que al PSOE sólo puede votarle el que sea del PSOE de toda la vida, y no digo socialista por no herir sus ceptibilidades. Mi intuición es que muchos de sus votantes se quedarán en casa dando por perdida la batalla aún antes de presentarla.
El otro grande, Mariano, es un poco lo contrario. No dice lo que va a hacer pero todos sabemos que va a hacerlo. Se engaña el que piense que nos va a sacar de la crisis. Los mercados han demostrado que les da lo mismo el color del traje (y lo de traje va sin segundas pero no está de más recordarlo). Tampoco creo que les vaya a votar mucha más gente, simplemente me da que al partirse el voto que no es suyo ellos van a ganar. Ellos también tienen pasado, y cuando nos dicen que ellos sacaron al reino de la crisis en la que lo dejó Gonzalez no nos cuentan que gran parte del descalabro que ahora vivimos tiene sus raices en la forma en la que nos sacaron de aquello, ya se sabe… el mítico ladrillo.
Si hablamos de la izquierda en general, nos encontramos con dos opciones a nivel del reino. IU (es decir el PCE) y Equo. Aquí no se trata tanto de programas como de modelos de comportamiento. Los actuales dirigentes de IU han conseguido quitar de enmedio a la práctica totalidad de los que se sumaron a un proyecto unitario, y ni tan siquiera en esta ocasión en la que todas las circunstancias aconsejaban más que nunca una oferta unitaria han hecho demasiados esfuerzos por conseguirla sino más bien todo lo contrario. Equo es en cierto modo un movimiento de doble descontento. Descontento frente al sistema en su conjunto y descontento frente al subsistema que encarna el PCE como dinamizador, núcleo y eje troncal y único de la izquierda trasformadora. Desde esta persectiva podría decirse que votar a IU es apostar por la izquierda del siglo XIX mientras que votar a EQUO, con independencia de que se esté o no de acuerdo con la totalidad de su ideario, es apostar por la izquierda del siglo XXI. El hecho de que muchos debates estén abiertos en cuanto a su definición no solo no es un inconveniente para hacerlo sino una ventaja… puestos a trasformar hay que dejar siempre abiertas las puertas a trasformarse incluso a uno mismo.
Hasta aquí tenemos más o menos dibujado el mapa en el que votaré yo, que, desgraciadamente, voto en una circunscripción con la que no me identifico (aún estando en el centro geográfico de ílava votaré en la circunscripción de Burgos). Mi padre, que votará en la circunscripción con la que me identifico tiene dos opciones más.
PNV y Amaiur son dos formas de entender el país, su construcción y su defensa. Apartada la presencia de la violencia es lo que queda encima de la mesa: frente al pragmatismo jeltzale el maximalismo abertzale radical. El programa es secundario para estos últimos. Todavía están frescos los tiempos de la mesa de declaración y la pancarta. Todo el imaginario borrokalari está omnipresente en gestos, símbolos y mensajes, y la cultura del quedarse a gusto pero igual que antes me da que no está desterrada. De los primeros, de los jeltzales, se puede decir que practican ese tipo de política de la que muchos abominan, pero que al final es la que deriva para los proyectos del país los fondos que este necesita. En ese sentido tienen experiencia y garantías. Yo no les votaría, porque soy un romántico de izquierdas, pero entendería que quien lo piense racional y friamente lo haría.
Bueno, no se si a alguien le ha ayudado, a mi si… aquí en burgos la solución a la equación la tengo clara… votaré equanimemente :-).
hombre, que te voy a decir… si querías haber encontrado elementos para la reflexión que es lo que buscabas podías haber leido algo más, ya comprendo que caer desde venezuela directamente en este post vía google y encontrara un análisis electoral del reino de españa te ha podido resultar no gratificante, pero quéjate a google, no a mi
esta es la peor pagina que he visitado en toda mi vida en internd