Publicado en Diario de Noticias de ílava el 3 de junio de 2007Â
Seguiré con mis balances electorales, y hoy le toca el turno a Gasteiz.
En Vitoria Gasteiz, se mire como se mire y se venda como se venda lo cierto es que, de las cinco candidatruas que finalemente concurrieron hay dos que pueden estar satisfechas y tres que no tienen razones para estarlo.
Empezemos por los perdedores y por orden de importancia.
Alfonso Alonso ha perdido. Sinceramente creo que tenía asumidas las dificultades que tendría para repetir cuatro años como alcalde. Pero con la misma firmeza creo que aspiraba a ser la lista más votada. El no serlo, tengo por seguro que ha debido suponer un golpe difícil de encajar, aunque el todavía alcalde, tiene capacidad para encajar eso y más. Posiblemente si analizamos uno a uno los candidatos que se presentaban no fuese ni con mucho el peor, si pensamos exclusivamente en la figura del acalde, pero tenía y arrastraba una serie de problemas. Primero de todos, es del PP, y además es su presidente en ílava. Debería haber aprendido él que los alcaldes suelen ser figuras díscolas y que es dificil compaginar la dirección del aparato con la suficiente libertad para liderar una ciudad. Por otro lado, y aunque volveré sobre esto en análisis más amplios, el PP debiera darse cuenta de una vez, de que aun cuando según ellos esto sea España, es, cuando menos, una españa diferente. En otras palabras, discursos, modos y maneras que funcionan del ebro para abajo, no funcionan aquí. empeñarse en lo contrario trae las consecuencias que trae. Por otra parte, a Alfonso le ha sobrado un año de legislatura y una oposición conjurada en sacarle los colores día a día. Como dijo en su día la reina a quien los Ppistols dedicaron una canción, este ha sido un annus horribilis para él y para su equipo por una conjunción de errores propios con estrategias ajenas cuyo éxito han rubricado estos comicios.
El otro perdedor de la jornada es Mikel Martinez. No vale achacar a la no reedición de la coalición un batacazo que debe entenderse en otras coordenadas. Vaya por delante que le tengo a precio, a él y a los integrantes de su equipo, pero venían por mal camino y lógicamente no han llegado a buen puerto. Conseguir que en la pasada legislatura, la población de Vitoria identificase a Lazkoz como lider de la oposición, cuando además de apoyar y sostener al gobierno del PP, el PSE era el tercer grupo en número de concejales, es un muy mal aval para conseguir más de lo que el PNV ha conseguido. Posiblemente le ha perjudicado la abstención, y hay quien dice, de entre los que comparten carnet con él, que las pugnas internas del PNV, y el allineamiento con el sector Egibar ha pasado factura aquí y en gipuzkoa. Personalmente creo que el votante medio entiende poco de estas cosas, pero si a alguien le consuelan…
El tercer perdedor es José Navas, o dicho de otra forma la coalición Ezker Batua Aralar. Para repetir resultados no hacían falta experimentos gaseosos cuyo único beneficio final ha sido aupar a Iñaki Aldekoa a un sillón en juntas cosa que como Aralar dificilmente hubiese conseguido. La dichosa coalición era una operación de laboratorio y los hechos han demostrado que los votantes son más personas de lo que a veces se cree en las altas instancias de los partidos. EB ha sacado en vitoria dosmil votos menos con los dosmil de aralar de los que sacó sin aralar en el 2003. Otro autobus quemado si no se sabe reconducir bien en el largo viaje de la reconstrucción de una izquierda vasca y republicana.
Y ahora vamos con los ganadores. El primero y más evidente es Patxi Lazkoz. Unas encuestas decían que sí, otras que no, pero en definitiva la que vale es la del domingo, y es por esa por la que hay que darle la enhorabuena, aunque sea por menos de dos mil votos. Patxi tiene eso que se llama carisma, cae bien, es fotogénico, atrapa cuando habla (aunque a veces se atrapa a si mismo y llega casi a aburrir), y si es capaz de controlar una cierta tendencia al desvarío, en el buen sentido de la palabra, lease, a ir un poco para aquí o para allá, es posible que pueda llegar a ser un buen alcalde. Hay un elemento que juega de garantía en ello. El eqeuipo que le rodea, y no voy a citar a todos, pero baste con alguno de ellos, su segundo, Juan Carlos Alonso, con una visión íntegra de ciudad, trazada desde el ingenio y un particular humor, o de gente como Bully, un eficaz trabajador con grandes aspiraciones a… trabajar para su eqeuipo, y tantos más. Si son capaces de ponerse la ropa de ciudad, quizás de olvidar algunos piques, algunas tendencias a cierta grandiosidad, y sobre todo recuperar para la ciudad los grandes consensos en los grandes temas y la capapcidad para llevarlos adelante, puede no ser mal asunto.
Finalmente tenemos a Belakortu, el resultado sorpresa. Nadie daba un duro por él, pero nadie parecía ver que los idus le eran favorables. Con baja participación, con la lista de ANV ilegalizada, y con una trayectoria que, guste o no, llevaba trabajando cuatro años de forma coherente, consistente, y si se me apura hasta cabezona, podía decirse aquello de “ahora o nunca”. Y lógicamente ha sido ahora. Belakortu ha sido de facto el lider de la oposición durante estos últimos meses, y a su estela han seguido todos los grupos en una labor de zapa contra el equipo de Alonso que se ha demostrado rentable, especialmente para el mismo Belakortu y para el PSE. Habrá que ver ahora como avanza la legislatura, y como reconvierte el papel de hostigador de un PP ahora en la oposición que, por cierto, cuenta a su vez con elementos capaces de convertirse en un auténtico azote para el gobierno, sea quien sea. Sería hora de ir pensando en un horizonte de cuatro años en el que las cosas pueden volver a ser distintas.
En definitiva, en lo que creo que coincidimos todos los gasteiztarras es en el deseo de que la crispación y política autodestructiva de los últimos meses de paso a un nuevo consenso en temas de ciudad, a un nuevo clima que nos vuelva a hacer mirar con respeto a la institución. Ese es el deber de todos los electos, esas es su obligación.
Agradezco que me leas y que te tomes la molestia de escribir tus comentarios. Si me vienes leyendo con cierta frecuencia sabrás que, citando a Javier Ortiz, ínclito columnista, suelo defender que cuando se entra en el tipo de acusaciones en las que te has metido lo que consigues de gente bien intencionada como yo mismo es que os creamos a todos.
Tengo también el gusto de conocer a Lazkoz y Alonso, al ganador y al perdedor. Hombre , yo lo que vengo pidiendo hace tiempo es que este clima de los últimos meses pase a la historia de la ciudad y diré más aún, que le apliquemos los mecanismos de la memoria selectiva y lo veamos desaparecer hasta de ésta.
Respecto a los socialistas, si tal como todo indica, les toca gobernar, vamos a hacer lo propio y lo educado, vamos a darles cien días. Y por cierto, que todo siga mejorando en Gasteiz…
Hola Javier. Respeto mucho tu comentario, pero tengo que decirte que no estoy para nada de acuerdo. Conozco personalmente a algunos de los candidatos a los que te refieres en tu artículo y discrepo abiertamente de tu visión sobre Lazcoz y Juan Carlos Alonso. Del primero he de decirte que es realmente un político de perfil muy bajo, sucio, del estilo José Blanco, de esos que prefieren que se le recuerde como un político temido antes que como una buena persona. Utiliza un juego sucio muy poco ético, y si ha ganado las elecciones es porque, por un lado, ha habido una corriente de voto favorable al Partido Socialista y al proceso de paz, y, por otro, porque el PP ha renunciado a responder a la campaña sucia orquestada por el PSE con la misma moneda. Si el PP hubiese dicho todo lo que sabe de Lazcoz (vive en un piso de VPO que está a nombre de su mujer), seguramente nunca habría sido alcalde. Y de Juan Carlos Alonso te puedo decir lo mismo. Le conozco menos, pero por referencias te diré que la gente que ha trabajado con él dice que es un soberbio y que es todavía peor que Lacoz. Estoy de acuerdo que Alonso ha cometido errores, pero creo que la transformación que ha vivido esta ciudad estos años es evidente.
[…] Un amable lector del Diario de Noticias de ílava me dedica, casi en exclusiva, toda una reflexión que le motiva la lectura de mi análisis del resultado electoral en Vitoria – Gasteiz. Por cierto, he incluido la reflexión del autor como comentario a la entrada que la provocó en la que analizaba los resultados en Gasteiz. […]
He incluido este comentario aparecido en la prensa con el título ¿ganadores o beneficiados? porque evidentemente guarda relación con mi apunte.
DEDICA Maquiavelo todo un capítulo de El príncipe a una cuestión capital en la formación de cualquier persona con vocación de gobierno: cómo huir de los aduladores. Son personajes que abundan en todas las cortes y que representan un tremendo peligro por su afán de complacer permanentemente al príncipe en sus propias obras sin hacer ejercicio de la libertad de criterio.
Casi quinientos años después me doy cuenta de que los consejos de Maquiavelo no pierden un ápice de actualidad, después de desayunarme el pasado domingo con el análisis que Javier Vegas realiza en DIARIO DE NOTICIAS DE íLAVA de los últimos comicios en su carta titulada Lazcoz y Belakortu, los dos candidatos ganadores . Tiene poco de retrato objetivo y mucho de peligrosa adulación. Mal camino en este arranque de legislatura donde tan necesarias se hacen la mente fría y la lengua de plomo.
Por matizar más que por corregir habría que revisar las palabras de Vegas y allí donde dice “ganador” deberíamos leer “beneficiado”. Allí donde pone “líder de la oposición” más valdría un “personaje artificialmente enaltecido por los medios de comunicación”. Y allí donde leemos lo de “azote para el gobierno” convendría reinterpretarlo como “máquina expendedora de denuncias supuestamente escandalosas”.
Quisiera incidir especialmente en la consideración de beneficiados, tanto para Lazcoz como para Belakortu, porque la condición de ganador es más propia de aquel que pelea por un triunfo y no tropieza con él. Los resultados que han obtenido ambos candidatos valen más por la influencia de factores externos que por sus propias fortalezas. Considerarlos el principal activo de sus partidos y la razón fundamental en la decisión de voto es hacer trampas en una brisca política donde los ases representan la abstención, los treses vienen a cumplir el papel de la fragmentación del mundo abertzale, los reyes son los medios de comunicación, los caballos vienen a ser toda suerte de colectivos sociales pretendidamente apolíticos y las sotas serían las encuestas.
Observar carisma en Patxi Lazcoz, alabar su fotogenia, su don de la oratoria o su sorprendente capacidad para caer bien demuestra un sentido del equilibrio un tanto descompensado del articulista Javier Vegas. Hágame usted el favor de bajar a la calle y preguntar a las diez primeras personas que encuentre si conocen a Lazcoz y, en caso afirmativo, qué tres aspectos destacarían de su persona. El gran apoyo del socialismo vitoriano en estas elecciones ha sido lo que genéricamente podríamos denominar un vasco progresista , término de fronteras y anhelos bien difusos.
Caso diferente es el caso de Antxon Belakortu. Discrepo de considerar “resultado sorpresa” el mantenimiento de su concejalía. Detrás de sus seis mil y pico votos hay una campaña de millones que vale la promoción que a sabiendas le ha realizado la casi totalidad de medios de comunicación locales. Antxon está sencillamente a sacar a la luz lo que sea, porque ése es el papel que el circo mediático y los intereses del arco constitucionalista le reclaman.
Señor Vegas, si no me cree hágale caso a Maquiavelo cuando aconseja desconfiar de la alabanza a un supuesto ganador. Meta su análisis en la nevera y podrá comprobar cómo gran parte de lo que dice es matizable. Y en los matices está la verdad.
Javier Carlos Ochoa de Angulo Sánchez