Publicado en Diario de Noticias de ílava el 16 de junio de 2007
Araba Euskaraz es una fiesta. Es la fiesta de las Ikastolas alavesas integradas en Partaide y en EHIK. Es la fiesta de un colectivo que apuesta por un modelo educativo cooperativo, euskaldun e independiente. Un modelo que apuesta por una educación de calidad y que como colectivo adquiere un compromiso firme para hacerlo llegar a todos los rincones de Araba y de Euskal Herria.
La educación de calidad cuesta, y las ikastolas se financian a través de las cuotas de los padres y de los ingresos que aporta principalmente el Gobierno Vasco a través de los conciertos educativos. Pero no siempre llega, no siempre es suficiente y en algunos casos es incluso hasta complicado.
Por eso estas fiestas, son también un medio de generar ingresos para poder seguir ofertando esa educación de calidad de la que hablábamos. Y esa oferta la hacen las ikastolas en sitios sin demasiados problemas, y en otros que son mucho más problemáticos, como en Navarra, como en Iparralde, como en Argantzun.
Pero además es una fiesta abierta. Abierta a participar y abierta a colaborar. Y tanto es así que son numerosos los colectivos e individuos que arriman el hombro o aportan su presencia. Más o menos desinteresadamente, más o menos convencidos de los objetivos, pero lo hacen. Porque el gran éxito del Araba Euskaraz, no ya el de este año, sino del Araba Euskaraz en general es haberse convertido en una gran fiesta en favor del euskera como lengua de educación, de comunicación, como uno de los pilares de nuestra cultura.
La Puebla de Arganzón, Argantzun, es además un sitio especial para muchos alaveses por su peculiar situación administrativa. Un enclave burgalés en pleno corazón de ílava que sin embargo resulta que está a escasos kilómetros de una ciudad donde hace casi dosmil años se hablaba y escribía en euskera, Iruña Veleia. Hablamos también de un pueblo en el que, gracias a la ikastola, niños y niñas crecen euskaldunes, y donde sus padres y madres acuden en buen número a interesarse por nuestra lengua. El pasado y el presente se funden el domingo en una fiesta en la que muchos alaveses, muchos euskalzales, vendrán a conocernos y a mostrarnos su apoyo y su solidaridad en un camino que nunca ha sido fácil, pero que hay que andar sin prisa pero sin pausa.
Para los que vivimos en La Puebla debe ser un día de fiesta, un día en el que recibir a todos los que se acerquen con los brazos abiertos. Porque algunos tenemos claro que hay muchos días en el año para luchar, y uno para disfrutar y hacer compartir, y este año nos toca a nosotros y nos toca el domingo.
A mi me gustaría también animaros a todos a acercaros a Argantzun el Domingo. Unos a colaborar, otros a disfrutar, pero todos a compartir una ilusión, bueno, y a dejarse la pasta que tambien se trata de eso. Y el lunes seguiremos la lucha…
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