Esto de las jornadas de huelgas generales empeiza a parecerse cada vez más a las jornadas electorales.
Como en las jornadas electorales, al hacer balance de las huelgas generales, todo el mundo gana. Los sindicatos convocantes hablan de éxito. Los no convocantes, con la boca pequeña, miran con credibilidad y hasta regocijo las cifras de las organizaciones patronales para constatar que su fuerza es mayor que la del adversario, que curiosamente no es otro que otro sindicato. Gobiernos y patronal constantan satisfechos que el reino sigue su marcha y que nada se ha parado.
Pero no todo el mundo es felíz, sólo los que participan desde arriba. A los que sustentan el tinglado se les queda, se nos queda, una cierta cara de tontos.Un día más de esfuerzo, de perder sueldo el que lo tenga, y nada cambia. Un paseo cívico y encima al final de la jornada te toca lamentar que haya vándalos que no se atengan a protestar como dios manda, de forma pacífica y ordenada.
Si encima uno vive en este país, en el vasco, la cara de tonto se torna aún más expresivamente tonta. Las mezquinas inquinas hacen que tengamos que sentirnos orgullosos por demostrar que somos capaces de reventar una huelga porque si algo somos los vascos es independientes, de España, de Italia, de Portugal y de Grecia. Nosotros estamos aquí en europa infiltrados, con los ojos que tuvimos en Yugoslavia o en Albania puestos en Venezuela. De Europa parece que solo nos interesan los Valones, los Checos y los escoceses, y de América los quebecois, los cubanos y los venezolanos.
A mi que quieren que les diga, pero esto cada vez me recuerda más al chiste del vasco recién casado con una mujer que no era vasca… ese que termina con el vasco masturbándose delante de la novia al llegar al hotel la noche de bodas porque el vasco es, sobre todo, independiente.
Uno tiene la tentación de decirles a unos y otros que no es presentable que sigan pidiéndonos esfuerzos, riesgos y quebrantos cuando son incapaces de enterrar sus mezquinas inquinas y dejándolas a un lado centrarse en lo principal, en lo que a fecha de hoy nos pone en parecida tesitura a muchos trabajadores, por encima de fronteras y de ámbitos. Cada cosa a su tiempo, y cada compañero para el viaje adecuado… A unos y otros grupos de sindicatos debería preocuparles seguir de forma alternativa, coincidiendo en sus alegrías con los gobiernos de derechas y las patronales, sean del ámbito que sean, y coincidir en las penas con los que ellos dicen defender, los trabajadores y los que lo fueron o aspiran serlo o volverlo a ser. Ellos se apenan alternativamente, cuando les toca quedarse solos, y el resto en un caso y en otro, con esa triste sensación de sentirse explotado por los explotadores y utilizado por los mezquinos para ventilar sus egoistas inquinas. Aquí dan ganas de independizarse de unos y otros y hacer la huelgas por cuenta propia, y el que se quiera sumar que se sume, que ya estamos hartos de restar.
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