Elasticidad legal

ME llama la atención lo elásticas que pueden llegar a ser las cosas más rígidas. Nos hablan a menudo del imperio de la ley, del respeto a la norma, de la importancia de los procedimientos. Nos hablan cuando se trata de algunos casos, porque llegados a otro, lo rígido se flexibiliza, el imperio se hace paternalista, la norma interpretable y las vallas del procedimiento se convierten en atajos.

Un particular desamparado, o un reo políticamente incorrecto ven como hasta reclamar sus derechos como preso es costoso, y eso después de sufrir procesos más dignos de El Proceso que de un estado legal y de derecho. Pero de repente resulta que, por arte de magia, se comprueba fácilmente que esto no es igual para todos. Sirvan un par de ejemplos de entre los muchos posibles.

Uno va y sufre un accidente de tráfico y según las circunstacias se encuentra camino de un auténtico calvario. Toda una vida para arrepentirse de ese txupito después de la cena, de ese momento de mirar el dial de la radio, o incluso de ese despiste fruto de un engaño o un desengaño. Es culpable. Y a menudo la prensa contribuye a aumentar su causa y los efectos. Y eso que a veces hasta el momento fatal uno ha sido un ciudadano ejemplar de los que tiene trabajo y el carnet lleno de puntos. Pero mira tú que va otro, con menos puntos en el carnet que un land rover en el mundial de F1 y un armario entero para guardar sus antecedentes, provoca un accidente, mata a sus dos acompañantes, y como lo hace conspirando contra el gobierno en un país extranejro acaba siendo no ya culpable, sino víctima y hasta héroe, y su condena de tres años reducida a quince días.

Va otro y sufre un desahucio o tiene un problema con el banco y como es uno y no trino, allá que le dan hasta en el carnet de identidad, siguiendo el procedimiento en aplicación de la legalidad y con todo tipo de garantías jurídicas que le hundan. Va otro, y tiene un gran apoyo social y reflejo mediático que hace su caso apetecible para los tiburones de la mercadotecnia política, y ve como en su caso el desahucio no se aplica. Una llamadita directa del alcalde al banquero y asunto liquidado sin liquidación visible (la invisible ya la iremos no viendo). De pronto los procedimientos son flexibles y las ejecuciones de obligada ejecución son voluntarias.

Y uno se plantea si no sería más justo que los jueces y juzgados fuesen igual de diligentes o concienzudos, tan flexibles o inflexibles en todos y cada uno de los casos. Y uno se pregunta si no sería más útil que el mercadotecna político aplicase su probada eficacia a cambiar el procedimiento, no a saltarselo por un “usted no sabe con quien está hablando” o por este otro más de gila de “¿está el presidente de la caja? que se ponga, que soy el alcalde parlamentario…”

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