Denuncia el PP, por boca de su fallido diputado general, el señor De Andrés, el grave error que supone el nombramiento de Xabier Aizpuru como diputado de juventud y promoción social.
Grave error es el que comete el señor De Andrés no ya al sentirse molesto por el nombramiento, el de Xabier, no el suyo, que bastante nombramiento es el de jefe de la oposición, sino por las razones que aduce. Grave error porque no son ni siquiera razones, son absurdos que debería de repensar.
El Partido Popular vive presa de una fuga hacia adelante que es, además, una fuga sin sentido ni fundamento. Si son terroristas por que lo son, si lo fueron porque lo fueron, el caso es sembrar dudas y discordias. Debería el presidente de los populares alaveses, el amigo Alonso, recomendar a sus huestes que no practiquen lo que con él y su equipo practicaron otros y de lo que se quejó amargamente, aquello del pim, pam, pum.
Javier de Andrés descalifica a Xabier Aizpuru por su pasado. Pero a la vez milita en un partido que reclama que la violencia debe ser despreciada como herramienta política, y que la política debe hacerse en las instituciones. Justo lo que está haciendo Xabier.
Pero es que en esta moda que hay de mezclar txurras con merinas, nos ponemos a hablar de curriculums y de cunas. Y ahí es donde alguno de los que pensamos que ser un gasteiztarra de toda la vida no es sinónimo de ser un… de toda la vida, no tenemos más remedio que rebelarnos.
En esta ciudad ha habido siempre de todo, y en esta provincia también. Y de un tiempo a esta parte, si la ciudad y la provincia es lo que es, en gran parte lo es porque a muchos les falta la cuna. Los que presumen o se arrogan el vtvismo, debieran ser conscientes de que lo que a menudo nos ha hecho diferentes y singulares es el respeto mutuo y la capacidad de convivir. A mi empieza a sentarme mal, y especialmente en un día como hoy que en Navarra pasa lo que pasa, que los que más se arrogan la identidad de la ciudad y la provincia sean precisamente los que obedecen a dictados más lejanos, más ajenos, más madrileños. Esos que además han sido incapaces de solucionar cuestiones como las de Treviño teniendo todos los resortes, los que sólo piensan en su Vitoria. Pero lo siento por ellos, porque esa Vitoria de toda la vida que tanto defienden, que es la mía, y la de muchos que ellos saben perfectamente que piensan como yo, es una Vitoria vasca, y diré algo más, que son ellos los que mejor lo saben, es una Vitoria vasco navarra.
Hay que ser grande en la victoria y en la derrota, y hay que dejarse de curriculums y cunas, porque metidos en ese territorio, todos, y digo todos, tenemos nuestro pasado. Lo importante es aprender de él y convertirlo en futuro para todos.
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