Publicado en Diario de Noticias de ílava el 16 de Agosto de 2007
Hablaremos hoy de la ciudad de los turistas.
La ciudad de los turistas se queda sóla en agosto. Los habitantes de las ciudades visibles de gasteiz abandonan sus cubículos urbanos y dejan el espacio de sus calles y plazas a los habitantes de la ciudad de los turistas. Apenas un retén de guardia se encarga de darles de comer y beber, y de completar sus necesidades básicas. En museos y otras atracciones de este tipo, apenas se nota la fuga de los habitantes. Esos son reductos permanentes de la ciudad de los turistas.
El viajero habitual se siente también despalzado por el habitante de la ciudad de los turistas. El viajero contumaz es discreto, pasa como una sombra por los lugares que visita y los apresa en su retina, en sus oidos. El turista en cambio se hace visible, pasa como un cometa o una estrella fugaz por los lugares que visita y apresa con su cámara o su movil todo lo que ve o le interesa.
La ciudad de los turistas es una ciudad que sobre todo se asienta en la capital histórica del viejo imperio Vitoriano. Catedrales, plazas, murallas, museos y bares y restaurantes se llenan de pantalones cortos, planos y riñoneras.
Las otras ciudades de Gasteiz apenas perciben en meses como éste mucho más que la soledad. Quizás si se diese un uso racional a aquellas sumas de dinero que pretendían fomentar la creación artística en el municipio, la ciudad de los turistas conseguiría crecer como una estrella de mar y alargar sus brazos a todas las ciudades del imperio.
Cuando el viajero va abandonando la ciudad y contemplando sus nuevos espacios, y nuevas perspectivas de los de siempre, se siente un viajero afortunado y no un turista.
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