Publicado en el número 17 de Herrian, (Revista de la Asociación de Concejos de Álava ACOA-AKE pag 22-23), dentro de la colección “El Baúl de los olvidos” en octubre de 2014
El papel y los planos
Hubo quien dijo no hace mucho tiempo que el papel iba camino de desaparecer. Como tenga tanta suerte para la lotería como para las adivinanzas no creo yo que haya salido de pobre. Bien es cierto que hoy hay mucho ordenador y tablet y movil y todo esos aparaticos, pero también lo es que hay impresoras, y fotocopiadoras, imprentas y de todo. Hoy hacer un plano es juego de niños. Y si te confundes lo tiras, no como antes que usabas typex o más antes aún, que si era un plano de tinta se corregía tirando de cuchilla. En los años en los que hicieron las iglesias que coronan nuestros pueblos el papel era muy escaso, y muy caro. Hace algunos números comentábamos las cuentas del regidor del concejo de Franco y ahí veíamos que hace 200 años 20 folios de papel venían a costar lo que 2 litros de vino. Así que no es extraño que, bocetos a parte, cuando se hacían obras en nuestros templos se hiciesen los planos para canteros y demás artesanos en el primer sitio que se le ocurriese al “arquitecto”. Y que mejor sitio y más tranquilo que el suelo de la iglesia.
En Villanueva de la Oca, la vieja iglesia románica se les quedó vieja, pequeña o simplemente se les rompió. El caso es que allá por 1700 se pusieron manos a la obra, y una vez hecha la sacristía, se pasaron el siglo haciendo la iglesia, el pórtico y hasta la casa parroquial. El caso es que para dar el campanazo, como dios manda, resultó que el campanario no daba la talla. Tal como recoge el libro de fábrica en las cuentas correspondientes a 1780:
los vecinos de esta se han determinado a desacer y modificar la torre y tejado de la Yglesia (que amenaza eminente ruina) obligandose a dar la madera de gracia, carretear materiales y laborear las heredades que se han cedido a la Yglesia hasta el cumplimiento del coste sin mas grabamen que algun refresco en los días de sus labores
De la tarea de construir la nueva espadaña, la que hoy vemos cuando nos vamos acercando a Villanueva, se encargaron los vecinos de La Puebla Joseph de Zarate y Joseph Elortegui. La obra la hicieron para 1783, aunque en 1786 todavía seguían cobrando rematillos. Igual es porque Sebastian Montoya, el cura, les dijo que hasta que no limpiasen el suelo no les pagaba y tuvieron que esperar a que Tomas Ruiz de Loizaga le sustituyese para rematar el trabajo, porque limpiar el suelo estaba complicado. Tanto que, aún hoy se puede apreciar claramente el dibujo de la espadaña a tamaño natural dibujado en la piedra del suelo según se entra al templo a mano derecha.
Lo cierto es que la costumbre era más habitual de lo que parece, aunque por las obras que se han ido haciendo en nuestras iglesias quedan pocos testimonios de ello. Este de Villanueva de la Oca es, además de posiblemente el único, en todo caso el único conocido hasta ahora, y el más claro y mejor conservado de la diócesis alavesa.
Estos trazos en el suelo a tamaño natural y perfectamente delineados servían a los canteros para ir trabajando y encajando los sillares antes de colocarlos definitivamente sobre las paredes del templo, y tenían la gran ventaja de que no había que hacer copias, si acaso mover a alguna beata para consultarlos.
En todo caso, que bueno es mirar al suelo, a veces se encuentran monedas, y a veces, como en este caso, tesoros.
Algunos datos de interés
Villanueva de la Oca es una pequeña población al pie de la vertiente sur de los montes de Vitoria, perteneciente al municipio de La Puebla de Arganzón, cerca de cuyo paso se encuentra.
La iglesia de San Pedro se ubica sobre un roquedal, que le da mayor prestancia y presencia. Una completa información sobre esta iglesia puede encontrarse a partir de la página 511 del X tomo del Catálogo Monumental de la Diócesis de Vitoria.
En todo caso, y tal como recoge el amplio estudio que firman Pedro Luis Echeverria Goñi y José Javier Vélez Chaurri, se trata de un templo construido en el siglo XVIII sobre el lugar donde se ubicó el templo románico que aparece ya citado en la segunda mitad del siglo XIII, del que se mantienen la portada y algunos sillares. La espadaña, como ya hemos indicado se construyó en el último cuarto del siglo XVIII, encargándose de la misma dos vecinos de La Puebla.
La existencia del dibujo al que hacemos referencia en estas páginas la advertí en verano de 2010. Los vecinos de Villanueva se juntan todos los años un domingo en torno a la festividad de San Pedro para festejar a su patrón con una misa y posterior comida de hermandad en el bello pórtico y jardín parroquial. Mientras visitaba la iglesia advertí el dibujo, y viendo que no había noticia de su existencia decidí sacarlo del baúl de los olvidos y ponerlo en conocimiento de Zoilo Calleja, delegado de patrimonio de la diócesis, quien junto con Jose Ignacio Vegas Aramburu y parte del equipo redactor del catálogo monumental comprobaron in situ la veracidad y calidad del hallazgo incorporándolo al estudio citado.
El resumen de cuentas al que se alude está detallado en el II libro de fábrica del templo parroquial de San Pedro en la localidad de Villanueva de la Oca que comprende el periodo entre 1750 y 1958, y más concretamente entre el folio 49 correspondiente a 1780 y el folio 56 correspondiente a 1786. Entre las cuentas se encuentra además alguna partida curiosa, como esa que recoge el gasto que hizo la iglesia en 1795, año de la guerra de la convención, para costear “el cajón que se hizo para extraer la plata y apartarla de los franceses” y el gasto de trasportarla a lugar seguro.
Así que, y antes de terminar… un buen consejo, mirar al suelo que a veces esconde olvidos que no se borran aunque esté bien barridos.
Javier Vegas
elbauldelosolvidos.herrian@gmail.com
Fotografías y croquis Javier y Jose Ignacio Vegas. Planta del templo, Op.cit p.512
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