Los tiempos están cambiando

Publicado en Diario de Noticias de Álava el 24 de febrero de 2015

Esta noche ha sido la noche de los oscars. Yo la he pasado durmiendo. Toda la noche dormido. Al despertarme ya estaba sonando la radio. Con ella me he ido acostumbrando a este mundo en el que ando. He oído entre sueños uno o dos títulos extraños, el nombre de un par de protagonistas y no sé si acaso el de alguien que dirigía una película. Ya no hay cintas de celuloide y las de vídeo son historia antes de hacerse viejas. Lo único que hoy se desenrrolla es una alfombra roja. No hay intérpretes, sólo modelos. No hay estudios ni platós, sólo taller y pasarelas. No hay ya quien dirija escenas. Las directoras son modistos y los directores diseñadoras. Los tiempos están cambiando.

Para distraerme con tanto cambio he salido a dar un paseo. Mitad por la ciudad y mitad por el campo. Es lo que tiene esta ciudad que se encierra a si misma en mitad de la llanada. Y me he quedado pensando mientras andaba. Somos extraños los humanos. Empedramos los parques, y cubrimos las veredas con gravilla clara. Rotulamos los montes y ponemos bancos para sentarnos. Colocamos pasarelas en las charcas y dejamos a su suerte los ríos que teníamos para que nos inunden. Y luego tapizamos de campa nuestros palacios y nos inventamos ríos urbanos. Mucho cambio para poco tiempo.

He caminado hacia el centro de los centros, hacia el ombligo de nuestro universo ciudadano. Y me he quedado perplejo, meditando mientras aceleraba el paso. Los alcaldes ya no son esos señores que firman documentos. Ya no rubrican acuerdos. Ya no son jefes escurridizos que nos evitan camino de su despacho. Ahora son ellos los que nos persiguen por la calle. Ellos los que nos dicen que firmemos. Ellos los que nos instan a que rubriquemos desacuerdos. Y uno huye, del alcalde como del vendedor de un jarabe o de una enciclopedia por fascículos. Definitivamente ¡los tiempos están cambiando!