Publicado en Diario de Noticias de Álava el 31 de marzo de 2015
Soy de letras. Los números me cuesta entenderlos salvo cuando cuentan historias y enseñan cosas. Porque los números esconden a menudo enseñanzas, reflexiones y analogías.
Corría el año 1999. El segundo milenio y el siglo veinte corrían camino de agotarse como presente y de hacerse historia. La peseta era la moneda corriente. Corría una suave brisa cerca de Nuvilla. Llegaban furgonetas y canciones. Dos corredores esperaban junto a una señal en la carretera. En la señal un cartel colgado indicaba: 1 +1=hamaika. Y con números grandes 1499. Era mi primer kilómetro en una korrika. Aitor me acompañaba. Vinieron luego el 1380, el 68, el 1612, el 177, el 1328 y el 40.
Corre el año 2015. Al grito de Eusk Ahal Dun!! y a ritmo de Ttipi Ttapa Korrika19 ha llegado a Bilbao saliendo desde Urepel. El miércoles pasó por Argantzun camino de Trebiñu. Un poco más delante de Añastro dos javieres esperaban bajo el granizo y la nieve. Era el kilómetro 1498. 16 años he tardado en recorrer mil metros y los he recorrido hacia atrás. Y esa es la historia en la que esta carrera me ha hecho pensar. Hace 16 años y hasta 16 más nos esforzábamos en trabajar por un mundo euskaldun, nuestro pequeño mundo. Y es mucho lo que hemos logrado y mucho lo que hemos recorrido. Nuestros hijos e hijas hoy saben el euskera que nosotros no pudimos aprender y que algunos de los que nos precedieron tuvieron que olvidar por no poderlo practicar. Pero algo hemos corrido mal, porque a menudo nuestras hijas e hijos se limitan a saber algo que no usan para lo que es, para hablar. Hemos recorrido mucho y a veces se plantea uno si estamos ahora mil metros por delante o mil metros por detrás. No sé como tendré yo las piernas a mis 66 pero me gustaría entonces correr mil metros y ver que llego, por lo menos al kilómetro 1500, mil o dos mil metros hacia adelante. Ttipi Ttapa.
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