Es de todos

Verano en Gasteiz. Verano cronológico y climático. Coincidencia no tan habitual en la ciudad esta peleada con las estaciones estables, sean del tiempo, del autobús o del tren. Sin tiempo para recorrer la Llanada con mi bici me doy un paseo por el anillo verde. El anillo verde es un lujo. Un recorrido de unos 30 kilómetros que te permite transitar por espacios silvestres sin alejarte de la ciudad. Una apuesta inteligente por mantener el campo tal como es resistiéndose a urbanizarlo y convertirlo en parque dejando senderos y caminos entre bosquecillos y matojos. Una más de las alternativas, muchas, que ofrece el municipio gasteiztarra para recuperarse como ser humano en un entorno más natural que naturalizado. Un espacio de todos y para todos. No es un espacio para hacer carreras, aunque haya quien las haga. Es más de andar tranquilo y disfrutar de la compañía hasta en soledad. Hace años la gente incluso se saludaba en estos sitios aunque no se conociese. Ser humanos en un entorno en el que los humanos somos secundarios más que protagonistas nos unía. Ahora a veces ni eso.

El caso es que iba yo con mi bici cuando de frente veo en medio del bosque tres perros sueltos hablando entre ellos mientras olisqueaban troncos, hierbas y ramas y tres dueñas sueltas y desatadas hablando de lo suyo, que para eso salimos. De lado a lado del camino, ellas y sus perros. Absortas en su conversación. Tan absortas que uno prácticamente tiene que poner el pie en tierra para cruzarse con ellas. Porque para cuando se dan cuenta, reaccionan y se agrupan ellas y sus perros en una mitad del camino para dejarte pasar por la otra tú ya estás prácticamente parado. Uyy, perdón, dice una. Y uno no dice nada. Si acaso un suspiro. Y puesto de pie en la bici trata de reanudar su paseo cuando oye a su espalda como otra de las sueltas, se ve que molesta por el suspiro, va y dice… “Es de todos”. Siempre hay bocas dispuestas a decir verdades sin darse cuenta que en su boca son chorradas porque son las primeras que ignoran e incumplen lo que dicen. ¡Pues claro que es de todos! Por eso deberías de tratar de andar sin impedir andar al resto. Por eso no puedes apropiarte de todo el ancho del camino y dejar transitar a gusto al que viene de frente. Y si lo ocupas cuando no viene nadie, andar con la atención necesaria para hacerte a un lado cuando vien alguien. Sonreir saludar y cada uno por su lado, porqu, efectivamente, “es de todos”. ¿De qué me vale el “perdona”, si acto seguido de hacerme parar, y no para charlar sino para esperar a que me dejes camino libre, vas a volver a ocupar todo el ancho y a hacer para al siguiente? ¿Es que no vale con el sentido común y habrá que pintar en los caminos líneas discontinuas y flechas pra mrcar carriles? ¿Es que ni en el campo podemos ser sencillamente educados en vez de enzarzarnos con derechos proios y deberes ajenos? Urbanidad no es urbanismo, es educación, o sea, una forma de convivir sin generar conflictos.

No me gusta olver atrás, ni practico la violencia, pero el angelito rojo que lleva uno en el hombro de las maldades te susurra al oido en esos casos “date la vuelta y se la lías”. Pero era verano, hacía calor y yo quería disfrutar del anillo verde, ese que “es de todos”.

 

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