Publicado en Diario de Noticias de Álava el domingo 21 de enero de 2018
Que algo se mueve en el centro de Vitoria – Gasteiz resulta a fecha de hoy evidente. Curioso lo que hemos tardado en darnos cuenta. Pero lo que ya no se sabe muy bien es qué es lo que se mueve más allá de las propiedades ni hacia dónde va la ciudad. Eso sí, en esto de los saberes se trata en todo caso de un movimiento esencialmente metafísico. Produce más preguntas que respuestas; habla del centro de nuestro universo; indaga sobre las universales cuestiones del de donde venimos y a donde vamos y finalmente ocupa muchas palabras y aporta pocas soluciones: filosofía pura. Pero si dejamos a los griegos especulando en sus liceos y volvemos nuestros ojos a los romanos planificando en sus foros, nos daremos cuenta de que algo suena a extraño en esta historia. ¿Es un sueño? ¿Es un capricho? ¿Qué futuro tiene una aventura de este calibre en manos de un hombre solo? ¿Lo está? Y bajar una persiana tras otra para conquistar tamaña quimera tan romántica como unipersonal, ¿no es un poco dejar el ombligo de la ciudad sin poder enjabonarse y condenado a acumular pelotillas hasta que llegue el momento de cambiarle de camisa? ¿Y si el sastre se nos queda con la camisa a medio hacer? ¿Nos quedaremos con una ciudad de la marca Oteiza con un gran vacío central mientras discuten los abogados sobre quién es el sobrino más cercano? Y aún sabiendo que en habiendo dinero es libre lo del comprar y vender ¿a nadie se le ha ocurrido pensar que esto puede ser tan genial como fatal? Y de la misma forma que hay intervenciones que acotan o modulan estas concentraciones de propiedad, ¿no sería precavido hacer algo parecido en esta? En definitiva, que de aquí a unos días cada vez va a estar más complicado tomarse un pote por el centro, y que mientras tanto todos especulando, unos en plan metafísico a golpe de preguntas y otros pues eso, especulando.
Leave a Comment