Publicado en Diario de Noticias de Álava el domingo 20 de mayo de 2018
Ya tenemos por fin las flautas que anuncian la llegada de una final a cuatro o final four que decimos por aquí. Lejos quedan los pitos que no silbamos cuando metimos 6.000 sillas adicionales a 5.000 euros la unidad para poder organizar el anhelado evento. Seis años hemos tardado pero ya tenemos la recompensa: un invento que los expertos dicen que traerá entre 20 y 25 millones de euros. Curioso también esto del impacto económico. Siempre se estudia en futuro, pero pocas veces en pasado. Y mira que sería sencillo. Se espera a que acabe el trimestre y se comprueba el incremento en la recaudación del IVA, que viene a ser fiel testigo de ese gasto que van a hacer los visitantes. Y si no se ve el incremento, pues una de dos, o alguien se lo ha llevado calentito y directo al bolsillo, o lo que ocurre es que al final los visitantes no se han echado la mano al bolsillo tanto como intuían los expertos. En todo caso no se yo si veo muy claro el negocio. Nos gastamos 30 millones de dinero público para hacer la ampliación, a los que habrá que sumar el millón y pico de canon por el premio y vamos a conseguir que básicamente los hosteleros ingresen entre 20 y 25 millones de euros, que ya son vinos, camas y menús. 1.663 euros que se nos va a gastar cada visitante según nos dicen, que ya es gastar para tres o cuatro días. Eso sí, va a estar gracioso ver a nuestros candidatos locales bufanda en mano tratando de meter canasta y encestar papeletas, porque además, ¡oh coincidencia! la final a cuatro nos va a pillar en plena campaña electoral. Yo sólo temo que venidos arriba y en plena euforia a alguien se le ocurra lo bonito que sería tener una final de Champions en Mendi y ala, a gastarnos otros 30 o 40 millones en la ampliación para allá por el 2025 tener una final que nos deje 20 o 25 millones. De negocio en negocio hasta la victoria final.
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