Publicado en Diario de Noticias de Álava el miércoles 19 de septiembre de 2018.
Me encontré el otro día con mi amigo Liberio. Estaba dando vueltas al café con la mirada perdida. Le dí una palmadita en el hombro y le pregunté
– ¿qué tal?
– Pues verás, me dijo, y me senté porque la cosa pintaba ir para largo, el otro día estaba aburrido y me puse a trastear en el Google. ¿Sabías que el primer Papa que no fue santo se llamaba como yo? Me resultó curioso, siguió mientras era yo el que empezaba dar vueltas al café, 35 Papas, Pedro incluido y todos santos menos Liberio. 352 años y los que vinieron por detrás. La cosa es que me dije, vaya, que malo debía ser este hombre para romper una tradición de más de tres siglos.
– ¿Qué?, ¿y era muy malo? le pregunté.
– Pues tampoco tanto, un poco cobarde y un mucho de navegar a dos aguas para mantenerse en lo alto con cabeza y todo, que ya sabes como las gastaban en aquellos años. Hizo un gesto muy gráfico con la mano sobre el cuello y siguió, pero vamos que si te pones a mirar, en los primeros 600 años de Papas, hasta que llegó Sabiniano allá por el 604, por cierto, que tampoco fue santo, dijo cambiando el tono y poniendo una sonrisa picarona, pues eso, que más del 80 % de los papas fueron santos. Menos Liberio y siete más, todos, y me dije, a ver si lo mío va a ser cosa del nombre.
– ¿Y eso? Le pregunté extrañado.
– Pues que verás, la semana pasada leí la tesis y no sé que lío se ha traído mi director de tesis con los del tribunal por un quítame allá la subvención extra del departamento, que me han dado un apto, así sin más, ni cum laude ni sin laude.
– Bueno, pero eso del Cum Laude será, como su propio nombre indica, algo extraordinario ¿no? le dije yo.
– Sí, tan extraordinario como lo de Liberio y el resto de Papas, más del 80% de extraordinario.
– ¿Y que vas a hacer?
– Pues no sé, tendré que buscar trabajo porque así a presidente no creo que llegue.
– Pues nada Liberio, mucho ánimo.
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