Me ha sorprendido la noticia que he leido sobre la publicación de la ordenanza municipal sobre comportamiento cívico y reguladora del uso, ocupación y limpieza de la vía pública, en Baños de Ebro. Bueno, no me ha sorprendido, desgraciadamente uno puede esperarse cualquier cosa…
Lo que sí que me sorprende es el general ahinco con que los administradores de lo público se empeñan en regular y ordenar hasta aquello que, como indica la noticia, no es en principio necesario. Puede decir alguien que se trata de ir por delante. Pero también puede decirse que la solución a un problema que no existe es generalmente el gérmen mismo del problema.
Me sorprende también esa tendencia hasta casi pacata de entender la convivencia como un constructo legal, y no como un uso natural. La convivencia es un tira y afloja, con conflictos, cesiones e inposiciones. Pero es una interrelación que, si queremos llamarla convivencia, debe basarse en lo posible en la negociación, y no tanto en tener a mano nuestro manual de buenas costumbres y nuestro código civil.
Me preocupa por último, que el hecho de poner en papel todas estas consideraciones, lleve siempre acarreado su calificación y consecuentemente su sanción. Como quiera que, generalmente estos escritos no los redacta un premio nobel de literatura, ni de derecho (debería haberlos), ni tan siquiera un nobel de la paz, siempre, y digo siempre, tiene vuelta. Si no puedo pegar un portazo a partir de las diez, miraré si lo puedo dar a partir de las siete de la mañana o a la hora de la siesta, y con la ordenanza en la mano seguiré, con perdón, jodiendo a mi vecino.
Quiero decir que al final para solucionar algo de forma tan sencilla como pedir disculpas o comentarle a alguien a ver si puede hacer algo, tendremos que ir armados de abogados y saturar los juzgados. Nos enfrentaremos por cuestiones como si el clima veraniego favorece la apertura de ventanas a partir de las 22:00; lo que a su vez crea corrientes; lo que a su vez ocasiona que las puertas se cierren de forma violenta, dando lo que se llama un portazo. Y debatiremos sobre si es una eximente o una conducta que debería incluirse en la ordenanza, algo así como “la dejadez o apatía a la hora de colocar calces o topes en las puertas susceptibles de ocasionar portazos en los momentos de oreo nocturno veraniego será apercibida de sanción. Si el vecino perseverase en su dejadez o apatía, y entendiéndose por ello que de esta forma manifiesta su actitud dolosa en relación a la prohibición de cerrar puertas y ventanas estrepitosamente, será sancionado con pena doble a la ya fijada en esta ordenanza.”
En fin, que yo sigo prefiriendo aquello de … oye por favor!!! gracias.Â
En riojano a este tipo de ” chandríos” y de orines fuera del tiesto se les llama ” bobochorreces”. ¡ Será posible!.
Unas cosas son las reglas de urbanidad, at ener mucho en cuenta y otra cosa- también en riojano, ¡ Es otra cosa, hombre! Como profunda reflexión y también a lo riojano alavés les dire que es para contestarles a los de Baños de Ebro- tendrá la culpa el agua- lo de ¡ Hombre, no jodais! Si es que el gran Miguel Gila viviese, tendría tema y guión para hacernos desternillarnos de la risa, que a si es la cosa, ¡ DE PUTA RISA!
QUE BAÑOS DE SINSORGUEZ SE HAN PEGADO LOS DE BAÑOS. LUEGO DICEN QUE EL VINO NO HACE DAÑO…
Pues nada, a seguir así a la orilla del Ebro, que ya no me seduce ir a veranear a semejante solar alavés.
Musus
Pinttu