las paradojas de la historia

Es lo que tiene la historia, que pasó, queramos negarlo o no, y mayormente se trata de intentar conocerlo para luego poder interpretarlo y sacar las propias conclusiones. Los amigos de la Bascongada hemos organizado estos dí­as unas jornadas sobre un periodo paradójico que, además de interesantes, han resultado en si mismas, paradójicas.

Ha sido bonito ver en animada charla a un descendiente de Napoleón, a un novelista, a un historiador y a un historiador que reune en su persona la doble condición de historiador y de militar. Por encima de fronteras y rencores alimentados con no siempre buenas intenciones, y sustentados en visiones sesgadas de la historia, hemos hablado estos dí­as de aquellos otros dí­as, hace ya doscientos años en los que toda europa, y por supuesto nuestro pequeño gran territorio alavés se vieron convulsionados por vientos de guerra y paz, de revolución y reacción.

Tiempos de por sí­ paradójicos. Donde hubo quien quiso imponer la libertad con bayonetas. Donde un herrero podí­a acabar siendo general. Donde uno podí­a ser héroe un dí­a y villano al siguiente según corriesen los vientos por la mente de Fernando y su corte.

Paradojas de compartir mesa y mantel tras las jornadas gentes diversas de procedencias diversas con diversos modos de concebir el mundo pero con una cosa en común. La más sencilla y a la vez la más grande. La virtud de oir, el deseo de aprender, el convencimiento de que este es el único camino hacia el saber.

Todo un lujo a nuestro alcance que algunos hemos sabido aprovechar.

 

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