Publicado en Diario de Noticias de ílava el 6 de septiembre de 2008Â
La gran novedad de este final del verano serán las casas de apuestas. Al estilo anglo sajón. Toda una auténtica fusión de culturas. Aquí, que de toda la vida se había apostado en el bar o en el frontón, incorporamos la práctica más cosmopolita de apostar en un lugar adecuado para ello. Yo creo que si no ponen barra en las casas de apuestas el asunto perderá parte de su encanto, pero posiblemente me equivoque y sea más un deseo que una realidad. Porque no nos olvidemos que la apuesta tiene, aparte del asunto puramente crematístico, un alto contenido de interacción social.
Uno empieza alegremente una discusión de lo más inocente y termina enzarzado en una apuesta de lo más absurda. Antes pasaban días hasta que algún conocido privilegiado con la larousse, la espasa, la salvat, o la colección completa de anuarios del marca ventilaba el asunto. Ahora con esto de la red de redes hay hasta quien te saca de dudas al instante con su movil conectado a internet, cosa que es más rápida pero quita el encanto a la apuesta tabernaria. Porque uno de los encantos de la apuesta es la prolongación de bravatas y desafíos hasta que se solventa.
Yo no sé si esto de las nuevas apuestas abarcará todos los ámbitos de la vida o sólo los deportivos. Pero puede ser divertido ver a la gente apostando por el PIB, el Euribor o el precio del gasoil. Cruzar desafíos del tipo… ¿es posible que telefónica le eche todavía más morro a sus facturas? ¿cerrarán garoña alguna vez o será garoña la que acabe cerrando todo su entorno? ¿harán la térmica de Lantarón? ¿se oirá toser a un niño por todo el espacio del nuevo auditorio? ¿habrá algún modo de ponerse de acuerdo con lo de la intermodal? ¿veremos el tren entrar en su tunel alguna vez? ¿habrá consulta? ¿trebiñu será álava?
En fin, que como se ve motivos para apostar no sólo no faltan sino que hasta sobran. Lo que pasa es que en la mayoría de los casos es dificil materializar las apuestas, todos sabemos quien ganará… aunque soñemos con lo contrario.
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