Me tengo a mi mismo por una persona poco organizada, o al menos poco organizada en términos convencionales. Aunque sobreviva gracias a una de esas variantes personales de la teoría del caos como sistema de organización. Me admiran, y a veces incluso me causan sana envidia, las organizaciones bien organizadas y las personas que las organizan. Por eso, cuando las cosas llegan a ciertos puntos, grito, como el caballero aquel sodomizado por doquier en el chiste de la orgía, aquello de ORGANIZACION.
La cosa va en esta ocasión de libros de texto. Los centros escolares elaboran sus listas de libros de texto allá por el curso anterior, supongo yo que tiempo antes de que nos las comuniquen a los padres, que en todo caso es allá por junio. El periodo normal de matrícula suele integrarse en el primer trimestre del año. Así pues, llegados a septiembre libreros y editores, especialmente editores, conocen con un escaso margen de error el número de libros que los alumnos deben usar y sus padres, madres o tutores adquirir.
Supone uno que las editoriales son organizaciones organizadas, especialmente en un mercado tan organizable como el de los libros de texto. Por eso uno supone que en septiembre deben estar preparados, listos y ya los tan nombrados libros de texto.
Así pues, confiando en la organización ajena y actuando conforme a la desorganización propia, va uno a la librería con idea de comprar los libros el mismo día que las criaturas acuden a conocer aulas y docentes, y viene el crac de confianza en la organización. No hay libros. Hay que pedirlos. Tardarán mucho (y vaya si tardan que vamos para quince días). La madre de las criaturas te lanza asesinas miradas. Las propias criaturas lamentan la incompetencia paterna con resignación mientras miran con envidia las mochilas repletas de sus compañeros. Los docentes te hacen llegar mensajes más o menos amenazantes sobre el futuro escolar de las criaturas, y hasta los abuelos te recuerdan que eso en otros tiempos no pasaba.
y uno no puede más que mirar hacia el olimpo de los organizadores, expertos en logística, diseñadores de producción, ecónomos, expertos en recursos humanos y demás dioses de la economía de mercado y gritar desconsolado… ORGANIZACION…
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