La Diputación foral alavesa se ha declarado antinuclear. Es más, lo ha hecho en primera persona del singular y así cierra su declaración con una contundente adhesión “a la campaña  “yo soy antinuclear””.
Bien. Me parece bien. Lo que pasa es que para mi las declaraciones de este sentido son algo más propio de otras instancias de la sociedad y no precisamente de las que pertenecen al entramado institucional, que habituan a tener otros medios para enmendarse la plana mútuamente. Levantaría algo más de ilusión, si este declararse tuviese el mismo significado que se le aplica al viento, fijarse en dirección, carácter e intensidad, y hacerlo además de forma coherente en lo vertical y en lo horizontal. Desde el primero hasta el último de los adheridos, y en cuantas instancias de gobierno estén presentes.
Si además se despejasen algunas incógnitas, como la cierta hipocresía que hay entre el reclamar las energías alternativas y oponerse a su despliegue o no acabar de encontrar nunca el sitio adecuado (lease el tema eólico), entre apoyar su implantación y penalizarlas progresivamente en lo económico, entre hablar de sostenibilidad a diestro y siniestro, y palmear en las espaldas a las eléctricas que palmean nuestros bolsillos, pues ya sería la… Vamos que pasaría de aquello de manifestar o hacer público a generar en los administrados deseos de manifestar su amor a la persona amada pidiéndole relaciones.
Si a la declaración se hubiese adjuntado un plan de acción, con unos compromisos concretos de ahorro en todo el parque movil e inmovil (oficinas, dependencias, edificios, etc etc) de la institución; con unos compromisos concretos en el apoyo a la generación de energías renovables en el territorio y ese tipo de cosas que realmente caracterizan a un gobierno, que son las obras y los amores… vamos, lo que aplicando la cosa de declararse a una cosa nos indicaría que se manifiesta o empieza a advertirse su acción, pues aún más enamorados que se sumarían al proceso.
Pero no se por qué me da, que viniendo de donde viene esto se quedará en lo de hacer público, porque de las declaraciones que realmente entiende la casa, y las que realmente le preocupan son de esas que consisten en hacer conocer a la administración pública la naturaleza y circunstancias del hecho imponible…
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