Esto de la globalización es una auténtica tortura. O eso o una curiosa venganza del tiempo y el espacio. Parece como si el continente americano se estuviese tomando su venganza, y donde durante siglos nos dedicamos a traernos para Europa su oro y su plata, ahora nos manda recaditos más peligrosos.
Todo tóxico. Primero fueron los activos tóxicos esos que nos han dejado las economías temblando y nos han metido el miedo en el cuerpo. Ahora nos manda por vía aérea unos microscópicos bichitos que te gripan en plena primavera como si fueses un cerdo.
Y nosotros aquí preocupados. Ahora que pensábamos que nos habíamos librado de la pandemia del siglo, la de la gripe aviar, pues resulta que nos atacan por otro frente, por la porcina. La cosa puede ponerse grave, de hecho ya tenemos un gripao en Almansa con el virus ese que tiene nombre de jugada de barcos, H1N1 o algo así. Agua, o tocado, o quien sabe si hundido… En fina, que ahora que estaba dejando de fumar va a resutlar que va a ser inutil porque viene algo peor que la peste… que peste…
Estamos viviendo la globalización de los virus, ellos tomando buena nota también se combinan en red para poder superar todas la barreras proteccionistas, y llegar a mayor número de seres pues son virus que acumulan mayor información; Por lo menos las pandemias son democráticas, y las cosas ya no ocurren al otro lado del atlántico, sino en la puerta de tu casa.
Todos podemos ser afortunados, pero a la vez podemos padecer extrañas enfermedades causadas por virus que han alcanzado un inquietante poder, y una facilidad de mutación en dos telediarios. (Esperemos que el felpudo de casa no permita indeseados visitantes…)
con los activos toxicos, nuestra pasta se fue a los bancos americanos
con la gripe porcina o aviar, nuestra pasta se va a las farmaceuticas americanas