Leía ayer unas declaraciones del exministro Bernat Soria. Me encantó ver como es posible pasar por lo más alto siin salpicarse demasiado. Una de las cosas en las que coincido plenamente con él es en el habitual y supino desprecio de la lógica de que se hace gala en la “contienda” política.
Recordaba al hilo de esto o quizás por ello mismo, la expresión con la que el galés que anunció lo de los cerdos volando por el Bernabeu, que llamó cabrones a todos sus jugadores, y que aún entrenando al Madrid sólo leía el diario vasco, describió el juego de sus muchachos… corrían como pollos sin cabeza.
Así es como andan nuestros políticos entre tanta crisis y tanta campaña, corriendo como pollos sin cabeza, soltando ideas o lo que sea. Aunque a veces parezca más una ocurrencia que una idea. Por eso he incluido este apunte en la sección de ocurrencias varias, para que se sienta a gusto. Ideas, decía, que a menudo no tienen que ver las unas con las otras, vamos, que incluso hay veces que van más allá y no pueden ni verse. El caso es decir algo. El caso es que parezca que hay algo que decir. El caso ya no es que hablen de uno aunque sea bien que rezaba el dicho, el caso ahora es no darnos tiempo a hablar entre tanto volumen de novedades que no lo son, recetas mágicas que tampoco y soluciones milagrosas que no pasan de chapus monstruosas…
Y lo más triste de todo es que eso pasa aquí y allá, cerca y lejos, arriba y abajo… vaya porvenir…
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