El oficio más antiguo del mundo

Todo el mundo parece estar de acuerdo en saber a qué se refiere uno cuando se habla del oficio más antiguo del mundo. Ayer noche asistimos a una exhibición de lo que puede considerarse el instrumento más antiguo del mundo, si bien sobre este particular hay algunas discusiones.

La voz, la garganta, los pulmones son, en el buen sentido de la palabra, el instrumento más antiguo del mundo. Y no sólo el más antiguo. Veladas como la de ayer nos demuestran que puede ser tambí­en el más completo.

Es bonito asistir a un espectáculo de coherencia, de consistencia. Contemplar a un hombre que, cada vez más consciente del peso de su voz, de la capacidad de su cuerpo para generar sonidos, ha terminado en noches como ayer prescidiendo de toda compañí­a, despojando al escenario de todo tipo de ayuda y haciéndolo además con tacto, con fondo, con elegancia y además, con simpatí­a.

22 minutos, o puede que 23, fueron los que tardó McFerrin en dejar al público aplaudir por primera vez. Posiblemente podrí­a haber sido más breve, pero también es cierto que podrí­a haberse alargado más y tampoco nos hubiera importado.

De ahí­ en adelante los temas fueron más breves, más variados, más participativos, y fuimos de su boca pasando por distintos registros, algunos más clásicos, otros más étnicos, otros más jazzies.

A destacar el estupendo contrabajista que se ocultaba en la laringe de Bobby. Sonaban sus notas siempre a tiempo, y su presencia sonora marcaba por lo bajo el inagotable espacio sonoro que es capaz de abarcar con su boca.

Pero además demostró Bobby que es un gran pedagogo. El profesor que uno soñarí­a para sus hijos. No sólo consiguió integrarnos en su banda, sino que sacó lo mejor de si mismos a un grupo coral que no acababa de creerse el espectáculo en el que estaba participando.

Luego vinieron los Take 6. Y ese fue más o menos el número de cervezas que cayeron. Así­ que del inicio del concierto poco tengo que decir aparte de aquello de que la carne es debil. Llegué a tiempo aún así­ de apreciar un par de temas. Y debo confesar que buscaba con ahinco la ubicación de algunos instrumentos. Pero no. Solo habí­a gargantas.

No es que fuese un prodigio musical, pero eso sí­, era un auténtico alarde técnico. Un despliegue que a la par resultaba entretenido, curioso, chocante incluso. Uno tiene la impresión de que los actuales propietarios de Fender, Yamaha en su división instrumental, Gibson, etc, etc miran con recelo a estos grupos. Pero tampoco creo que sea para tanto. Llevamos varios dí­as comprobando cómo lo importante no es con qué, sino qué.

1 comentario

  • Caminante dice:

    Estimado autor:

    Su Blog ha sido explorado con detenimiento por el equipo de La Patria Falsa. Nuestra visita forma parte de una voluntariosa cruzada, en aras de asomarnos a todos los Blogs que participan del certamen “20 minutos”. Nos pareció de cuerdos aprovechar el intercambio y retroalimentar nuestra labor a partir del trabajo general.

    También pretendemos -debido a ciertas carencias del evento oficial- otorgar un premio paralelo. (Finalistas para mediados de febrero). Lea por favor las bases:
    http://www.4shared.com/dir/1779772/cc47637b/concurso.html

    Con este mensaje le avisamos que su Blog se ha tenido en cuenta, y le felicitamos -especialmente- por los artí­culos sobre música y literatura. Tomándonos atribuciones, le sugerimos que no pierda de vista las temáticas orientales o latinoamericanas, tanto en lo que concierne a la polí­tica como a la cultura general.

    Le saluda afectuosamente:
    Caminante

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