publicado en el correo español y en diario de noticias de álava
Cada vez que Ibarretxe usaba en la última campaña electoral el símil del cauce y las dos orillas, había quien se negaba a meterse en el río e incluso tachaba de irreal la parábola.
Tras los resultados del 17 de abril fue unánime para los de siempre que la figura no tenía sentido. Pero, mira por donde, comienza la legislatura y uno no puede menos que recordar a Heráclito y a su parábola del río.
El agua fluye, los bañistas cambian, pero el cauce permanece, y con él las orillas. Quienes habitan en las orillas siguen sin querer mojarse, y reflejados en el agua que fluye por el cauce siguen negándose a verse cercanos y hasta compañeros.
También el ‘sabio’ griego hablaba de la contradicción como origen de todas las cosas y de un mundo basado en la existencia de contrarios, que en definitiva se complementan.
Si seguimos con el símil, es posible que Atutxa sea el mejor candidato a presidente del Parlamento vasco. Es malo por haber sido ‘policía’ y por todo lo contrario, por haber sido soporte y valedor de los terroristas. Es bueno por haber sido valiente contra los violentos y también por haber sido duro con los demócratas de toda la vida.
En resumen, un compendio de contrarios fluyendo en un río de contradicciones.Â
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