‘Madi’, un vitoriano ilustre

publicado en diario de noticias de álava, y en deia

CUANDO hablamos de ciudadanos ilustres pensamos a menudo en alcaldes, diputados, obispos y Dios sabe cuanta más gente de categorí­a . Pero cuando hablamos en la calle, el término ilustre tiene a menudo un componente más cercano, más jatorra .

Juan Antonio Madinabeitia, Madi , ha sido sin duda uno de éstos. Se ha ido. Pero nos deja un cúmulo de buenas vibraciones con las que pasar este trago.

Anécdotas, buen humor, ingenio, simpatí­a, todo un compendio de vitalidad. Nos deja también un irrenunciable amor a su tierra, en cuyas entrañas pasó mucho tiempo, y sobre la cual recuperó con entusiasmo vestigios del hombre antiguo, rescatando topónimos, localizando yacimientos arqueológicos, etc.

Cuando pienso en él, creo que todos los que le conocemos coincidiremos en un punto: Madi ha sido un hombre ilustre en el buen sentido de la palabra.

Ahora que hemos andado buscando nombres para poner en nuestras calles, a veces pienso que ilustres como Madi se merecerí­an un sitio permanente en nuestro recuerdo. Aunque bien pensado, lo que tiene no es poco, y menos para él, el nombre de una sima en Mairu y la sonrisa que asoma cuando lo recordamos.

(Juan Antonio Madinabeitia falleció ayer, 2 de septiembre de 2005)