Que el equipo que lidera el proyecto Eleanitz, para fomentar la educación plurilingí¼e en el marco de las Ikastolas de Partaide, haya obtenido el reconocimiento internacional que se deriva de un premio es una buena noticia.
Lo es porque demuestra la dedicación a tareas puramente pedagógicas y educativas de un colectivo basado en una concepción cooperativa de la educación. Lo es además, porque este colectivo, esta forma de entender la educación, tantas veces vilipendiada, tantas acusada de anacrónica, de filo terrorista y hasta de palurda y provinciana por mucho tertuliano, opinador y político de escasa catadura, resulta que obtiene un premio por un material didáctico enfocado al aprendizaje del inglés.
Y no se trata de un premio cualquiera, sino de uno cuyo palmarés cuenta con editoriales del prestigio de Oxford University Press, Cambridge University Press o Macmillan, un premio cuya entrega tiene lugar en el mismísimo Buckinggam Palace, y que se recibe del mismísimo Duque de Edimburgo.
Una buena noticia que demuestra como hacer país, desde la educación nada tiene que ver con la enanez mental, y con el etnocentrismo, ni conlleva en caso alguno el ostracismo, el ensimismamiento.
Hacer país en la europa del siglo XXI es, entre otras cosas no menos importantes como los valores, la solidaridad, el conocimiento del mundo y de su historia, el dominio de las capacidades teecnológicas necesarias, etc, decíamos que es también educar en la diversidad lingí¼istica, y eso llega más allá del castellano.
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