Esto de vivir en una ciudad tiene sus muchos aqueles. A menudo, cuando escribimos sobre los sitios donde vivimos pensamos que es necesario hacerlo para denunciar, para criticar, para cuestionar…
Pero de vez en cuando, y aunque sea lunes, hay días en los que uno ve algo que le alegra el día. Yo lo llevo viendo hace días, y por fin ahora ha llegado el momento de expresarlo…
No se de quien es la idea pero he de reconocer que la decoración navideña del centro de Gasteiz me gusta. Esas estrellas azules, con esos blancos oropeles, consiguen algo que a menudo no logran las tradicionales iluminaciones navideñas, lucir sin luz.
Vi también el otro día una prueba de encendido de luces en los árboles de Dato, y he de reconocer igualmente que me gustó.
Así pues que sólamente un par de cuestiones…
La primera felicitar a quien ha diseñado estos artefactos, y a quien a tenido el buen criterio de dejarse aconsejar o de saber elegir, que lo mismo da.
Lo segundo, y desde una óptica laica, plantear una reflexión. La decoración callejera sigulariza en nuestra ciudad momentos del años, La Blanca, San Prudencio, Navidad… Fiestas todas ellas que revestidas de ropas religiosas, acogen momentos importantes del año. De ahí mi felicitación por una decoración tan navideñamente laica. Pero mi reflexión es… ¿no sería posible tener decorada la ciudad todo el año? ¿Por qué sólo decorarla en ocasiones? ¿Es que quienes vivimos y gozamos esta ciudad no nos merecemos un homenaje diario a nuestra vista de la ciudad?
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