Este fin de semana falleció un motorista al chocar su cuerpo contra el soporte de un quitamiedos, un guarda rail de esos que sirven para evitar que los coches se vayan a las fincas y para lesionar los cuerpos de ciclistas y moteros.
Se trata una vez más de accidentes a todas luces evitables, bueno, mejor dicho, se trata de accidentes posiblemente no evitables pero de consecuencias que, esas sí, podrían haberse evitado o reducido.
El problema de los quitamiedos viene de lejos, y es un caso sangrante de sordera, ceguera y falta de sensibilidad de la administración. Por si alguien no se ha dado cuenta, el gran problema de estos ingenios es el espacio que dejan entre la franja de metal y el suelo, que deja al descubierto los postes que fijan al suelo al ingenio. Estos postes, que antes eran unas viguetas en doble T, son ahora soportes en U que presuntamente evitan las amputaciones, pero siguen siendo letales al impacto.
El peligro que representan se produce cuando tras una caida, el cuerpo se arrastra por el asfalto hasta chocar con uno de estos postes y seguir su camino hacia la pieza o el barranco.
Hablaba de la inutilidad negligente de las administraciones, porque hay veces que los problemas son insalvables, o escandalosamente caros. Pero hay otras ocasiones en las que resulta barato y sencillo, y en las que incluso existen diversas alternativas. Es fácil pensar en algo tan sencillo como colocar una segunda plancha más cerca del suelo que evite que un cuerpo pueda pasar por debajo o golpear los postes. Tan facil como forrar los postes o sustituirlos por materiales capaces de absorver impactos sin causar tantos daños.
El domingo todo esto se cobró una vida en Araba, el año 2004 oficialmente 14 vidas en todo el estado, son muchos muertos para tan poco esfuerzo.
Puedes leer más sobre el tema en este blog.
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