Título: 64 epigramas de un cínico
Autor: Bierce, Ambrose
Origen: Siglo XIX, XX, USA.
Edición: Artemisa ediciones/cla. 2006. Barcelona.
Adquisición: 2007/1/23. Comprado en elkar
Mi referencia : 00006-A
Comentario: Terminado de leer en Marzo 2007
Había leido de este mismo autor sus Cuentos de soldados y civiles, una serie de relatos sobre la guerra civil norteamericana. Hace muchos años de aquello, pero guardo un buen recuerdo de aquella lectura, que posiblemente repase un día de estos.
El libro en cuestión me llamó desde su balda por varias razones. Era pequeñito, o sea que presumiblemente barato. Su autor era conocido. Su contenido eran epigramas, cómodo para llevar en el bolsillo y leer a ratos tontos, en el tren, haciendo colas, en fin, ese tipo de cosas. Además, la edición es sencilla pero atractiva.
Evidentemente se lee rápido, aunque es de esos libros que invita a releerlo. Los epigramas nos descubren efectivamente a un cínico, pero también a un misógino, también a un crítico, y por encima de todo, a un hombre con un refinado sentido del humor en su vertiente más ácida.
A las mujeres dedica algunas “perlas” como esta:
“Para el estudio de lo bueno y lo malo en una mujer, dos mujeres son un gasto innecesario”
A la convivencia entre hombres y mujeres esta otra:
“De los dos tipos de demencia temporal, uno termina en suicidio y el otro en matrimonio”
A la humanidad en general, muestras de escepticismo tales como:
“Cualquier hombre con el que te encuentres es tonto. Si no lo crees así, pregúntale algo y te lo demostrará”
“La razon es falible y la virtud vencible; los vientos cambian y la aguja abandona el norte, pero la estupidez nunca yerra ni cesa. Como se ha descubierto que el eje de la tierra es inestable, la estupidez se se hace imprescidible com estándar de constancia”.
A las relaciones sociales dedica dardos como este
“Observa, hijo mío, con qué virtuosa austeridad el hombre que no tiene un centavo aparta de sí la tentación de manipular el mercado o adquirir un monopolio”
Y a la vida en general
“La Edad es prudente: cuanto menos futuro nos queda más lo tememos.”
En resumen, un buen compañero para ratos dispersos.
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