Hay gentes de esas con las que uno se habitua a vivir. Aun cuando sólo se las ve y conoce por la tele, la radio, por revistas y otros medios, son mosquitas que te siguen toda la vida, cosas que uno llega a pensar que son eternas.
De repente un día, se conecta uno a un medio on-line, mientras está trabajando, con idea de ver si ha pasado algo extraordinario, y zapatás… Resulta que lo eterno no es tan eterno y que además lo dramático se convierte en secundario y lo accesorio se convierte en portada.
Atrás queda un día como hoy los 75 muertos o más de Bagdad, el próximo bautizo de la infanta Sofía, que por cierto, muchos pensábamos que era reina y desde hacía tiempo. Hasta la noticia de la macro semansanta que se nos avecina el año que viene a los vascos se queda pequeño.
Ha muerto el Fari. Un personaje de esos que desde luego será de todo menos alavés, pero que coño, era persona. De esas personas que sea para reirte con ellos o de ellos, para gozarlo en primera persona o a través de las imitiaciones de crónicas marcianas, era ya un objeto de esos permanentes en el mobiliario mental de uno desde hace tiempo.
En fin, que descanse en paz, que otra cosa no haría pero moverse…
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