Publicado en Diario de Noticias de ílava el 30 de septiembre de 2007Â
He leido hoy que el Gobierno Vasco anda a vueltas con el ministerio de fomento para explotar de forma coordinada la red ferroviaria vasca, y ahí ílava tiene mucho que ganar si aprovecha la ocasión. Claro que, hablando de trenes, los antecedentes históricos alaveses le llevan a uno a pensar que, una vez más el tren pasará de largo.
En nuestro caso el problema es si se quiere más complejo. La línea que más nos interesa, la que en gran medida vertebra el territorio de este a oeste, no dependería solo de este acuerdo, implica también a otras dos comunidades, Navarra y Castilla y León. Me refiero, claro está, al corredor ferroviario Miranda – Alsasua.
Una vía que el PTS del ferrocarril practicamente ignora. Una vía que ni siquiera se considera de cercanías. Una vía desatendida y en paulatino desgí¼ace. Una vía sin embargo que conecta núcleos de población de importancia creciente entre ellos y con Vitoria. Una vía que además une a la práctica totalidad de los polígonos industriales del eje del Zadorra.
Repasemos, Miranda, Ribabellosa y el polígono bayas, Manzanos, La puebla de Arganzón, Nanclares, Subillabide, Jundiz, Ali-Gobeo, Vitoria de punta a punta, Alegría Dulantzi, Agurain, Asparrena, Olazagutia y Altsasu.
Esa vía debería ser un gran instrumento de movilidad, de pasajeros e incluso de mercancías, con una gestión inteligente, con aparcamientos disuasorios que concentren tráficos hasta las estaciones y eviten el uso del vehículo. Con mayor capacidad y rapidez que el transporte público por carretera. Con mejora de frecuencias e instalaciones, con creación de nuevas paradas en los polígonos industriales y coordinando con mecanismos de transporte público en el interior de estos. Con criterios de gestión innovadores, y con una fusión inteligente con el transporte público de Gasteiz. (Yo siempre he soñado con disponer dos apeaderos en los extremos del soterramiento y unirlos con un tranvía ligero, pero eso es otro tema).
En definitiva, una oportunidad de concebir el ílava central como algo más que una sucesión de cosas inconexas. Una ocasión de oro para coser Vitoria y su entorno de forma sostenible y a la vez equilibrada y eficiente. Todo un sueño que merece aunque sea un pequeño esfuerzo para hacerlo realidad. Si no, como decía antes, nos quedaremos otra vez viendo pasar el tren.
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