Publicado en Diario de Noticias de ílava el  7 de Octubre de 2007
Leo que la Diputación Foral de ílava se propone abrir una guardería para SUS empleados, y facilitar así la conciliación de SU vida laboral y familiar. Yo supongo que es una muy buena noticia para ELLOS, pero es ese tipo de noticias que me producen cierta sensación de contradicción.
Por un lado, cuando se está por la universalización de ciertos servicios, por su gestión pública, y por una sociedad socialmente justa, solidaria, y orientada a ofrecer igualdad de oportunidades y correjir injusticias parecería que cualquier noticia como esta debería gozar de aprobación y aplauso.
Pero resulta que algo me dice por dentro que no debe ser así. Y no lo debe ser si atendemos especialmente al último de los puntos que citaba, el de igualdad de oportunidades y la correción de injusticias. Y es que me preocupa una cierta tendencia a castizar lo publico. Y no me refiero a trasladar oficinas al Madrid de principios del XX, sino a hacer de lo público y de quienes trabajan en ello una casta, tendencia que, si acudimos a tiempos tan lejanos como los de la Comuna parisina, ya aparecía a los ojos de Marx como un fenómeno a combatir y como un exponente más de los mecanismos de control, dominación y privilegio del estado capitalista.
Para empezar el enunciado del titular ya es sangrante. Traducido a Román Paladino viene a decir. La Diputación Foral de ílava, es decir, el organo de representación en el que los alaveses depositamos nuestras voluntades y nuestros dineros para que los administren en beneficio nuestro, va a usar nuestro dinero en garantizar a los empleados que todos los alaveses hemos contratado y pagamos religiosamente a través de nuestros impuestos en darles un servicio que todos los alaveses no tenemos. Pasan de representantes a dueños, y hablan de nuestros empleados como si fuesen los suyos. Ni más ni menos. Les eliges, les pagas y te lo agradecen… mejorando SUS condiciones de vida laboral y familiar. Y nosotros a seguir pagando. Y en lo que a las guarderías se refiere más de lo mismo, a seguir pagando, eso sí, si encontramos plaza.
A mi me parece bien que todos disfrutemos de la sociedad de bienestar. Pero tengo la impresión de que la brecha entre los funcionarios y los que no lo son se abre cada vez más. Tengo la impresión de que el único sector económico que está pendiente de una reconversión similar a la que han sufrido otras piezas de nuestro tejido social es la administración. Y tengo la impresión de que todo esto ocurre porque la bicha tiene tal tamaño que no hay quien la pare, y eso supone darle más y más de comer. La bicha es insaciable, y lo que todos parecen querer es que les devore, y subirse al carro. visto así, me temo que me quejo de nosotros mismos.
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