No diré yo que se trate de los mismos perros con distintos collares, pero si que quiero hablar de ciertas circunstancias que, de forma reiterada y reiterativa ponen de manifiesto una manifiesta difeencia en el trato. Lo que tradicionalmente se ha llamado tener distintas varias de medir, no aplicar el mismo rasero, y muchas otras formas en que la sabiduría popular detecta estas peculiaridades.
Sorprende el celo democrático con el que las fuerzas del orden, y en general las instituciones con poder de coherción, defienden el democrático derecho de los fascistas a manifestarse y a hacer alarde de su derecho de libre expresión. Sorprende aún más ese celo cuando se compara con el celo que esos mismos ponen en reprimir a esa caterva de antidemocráticos que acostumbran a autodenominarse antifascistas, y que con su fea y malsana actitud se manifiestan frente a los fascistas intentando poner en entredicho su democrático derecho a manifestarse y pedir, a voz en grito la vuelta de un régimen que permita a ellos manifestarse y al resto disfrutar de la carcel, el destierro o el paredón.
Pero claro, son fuerzas. Fuerzas del orden. Y fuerza y orden tiene mucho que ver con algunas ideologías, y menos con otras. Cómo vamos a comparar a esos atildados falangistas, con su gomina, con su educación de colegioi de pago con esos otros desarrapados que solo buscan la confrontación, que son incapaces de no caer en las más inocentes provocaciones, y que en definitiva alteran el orden y no tienen muy claro que españa es lo que es, una grande y libre para algunos.
Y si no, que intenten explicar como es posible que quemar una foto del rey, hacer un chiste, o simplemente ondear una bandera filoterrorista sea inmediatamente perseguido y acarree penas de carcel mientras estos señoritos insultan a reyes y gobiernos y pasean símbolos nazis y reclaman desde su derecho democrático a la libre expresión restaurar en el poder a un dictador. Y lo hacen frente a las cámaras, a cara descubierta y no pasa nada. Bueno, eso sí sigue en pie la ley y el orden y la patria…
Leave a Comment