Que pedazo de frío hace en la calle. Días como estos hacen realidad cruda y dura el famoso lema de Siberia Gasteiz. Son días que parecen diseñados dentro de una campaña antitabaco, poruqe hace falta valor y mucho para asomar la manita y sostener el cigarrillo. Ni que decir de las melenas. Vamos que como no te cubras las orejas con gorros o cabelleras al ratico de estar en la calle se te pueden poner los pendientes con soplete.
Sólo hay un instante, fugaz y pasajero en el que puedes sentir calor mientras andas por la calle. Me refiero a cuando pasas por delante de uno de esos comercios del centro y sientes de golpe la bocanada de calor de sus accesos abiertos. Un invierno tras otro me pregunto como es posible soportar semejante gasto, y no ya or la tienda, sino por aquello de la sostenibilidad.
Alguna vez me han contado algo de no se qué pantalla de calor que evita el gasto, pero digamos que soy un tanto escéptico. A mi me da la impresión de que es un derroche de energía fácilmente subsanable. Más aún cuando mientras esperamos los efectos del cambio climático y a ver si sube la temperatura, es algo que se produce invierno tras invierno. Y cuando sube la temperatura, hacemos lo mismo con el aire acondicionado, o sea que todo el año vivimos en algunos comercios jornadas de climatización abierta. Pero eso si, la calle sigue sin enfriarse ni calentarse y yo con estos pelos…
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