Como bien se sabe, hay así como tres días al año en los que no se publica prensa escrita. Los aplicados diarios, conociendo nuestras costumbres se aplican de víspera y nos publican la programación televisiva como si estuviese repetida. El periódico debe aguantar dos días encima de la barra del bar o sobre el sofá.
Los parroquianos por su parte acostumbran a ser fieles a sus costumbres, y a serlo incluso por encima de la consideración y el respeto al descanso ajeno. Así que estos días, y observando las costumbres de los citados parroquianos entre los que me incluyo, se me ocurre algo que podríamos pedir a los periódicos y que haría feliz a mucha gente.
Porque veamos, que es lo primero que se lee del periódico, el jerogífico y demás pasatiempos, la once y la bonoloto, los deportes, el tiempo, la tele, un poco de cotilleo local y, por supuesto, las esquelas. Pues ya está. ¿Por qué no publicar las esquelas de los dos días? Así a quien le toque podría pegarse una cena de padre y señor mío, total, como ya sabe que al día siguiente sale su esquela. Vamos, que sería aquello de crónica de una muerte anunciada, pero con esquela y todo y a falta de 24 horas. Eso está bien para corregir el testamento a última hora, en función de quien te llama y de quién no. De quien deja escapar una lágrima y de quien no puede contener la risa. Vamos, una cosa muy edificante a la par que constructiva.
Y si además publican el resultado de los sorteos de ayer para que los podamos leer el día de hoy que no hay periódico pues mira tu, mejor que mejor. Todavía habría más de uno que no acertaría. En fin. El resto del periódico viene a dar igual. Al final tal como vamos, cada día más de lo mismo…
Leave a Comment