Eso es lo que djie un día como hoy hace diez años. Pero hoy toca 43. Una buena edad para estar vivo. Ni se es muy mayor ni se es un niñato. Toda una suerte por otra parte para los que somos de letras. Las cifras que terminan en cinco, como el sesenta y cinco, además de una rima fácil tienen también una resta no muy compleja. Vamos, que para lo bueno y para lo malo es fácil calcular la edad.
Así pues, enfrascado en mis propios pensamientos, apenas me queda tiempo para otros pensamientos, lo que unido a que es lunes, lo que unido a que lo que el cuerpo me pide escribir un día como hoy es más que incorrecto, pues eso, que vamos a darnos una tregua y dejar que este día pase como uno más. Sin glorias, pero también sin penas.
Y como decía hace unos momentos junto a la barra de un bar, que de aquí a un año pueda invitar de nuevo a mis amigos, o, cuando menos… dejarlo pagado.
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Zorionak!!!!!!!!!!!!!