Publicado en Diario de Noticias de ílava el 3 de febrero de 2008Â
Hay un debate subyacente a otros más evidentes que de un tiempo a esta parte emerge de forma tan recurrente como sesgada. Por centrarnos en el último caso. Nos ponemos a hablar de un auditorio ya acabamos hablando de los VTV y de la relación entre el centro y la periferia. Y más aún de la propia esencia de lo que es centro y lo que es periferia.
Yo en el tema del auditorio en sí no voy a entrar. Cada uno tiene sus razones y muchas son buenas o malas según se mire. Es malo tirar un buen proyecto a la basura y más aún después de haber gastado mucho en él. Pero tampoco es bueno gastarse tanto dinero si no se tiene claro que se cuenta con el apoyo suficiente para llevarlo adelante. Por poner un ejemplo de “argumento reversible”.
Pero lo que yo no tengo tan claro es esa especie de obsesión esquizofrénica de reclamar la almendra y el ensanche como el alma mater de la ciudad, como su joya turísitca y su tarjeta de visita, como el gran salón de estar de los vitorianos que se decía y, simultáneamente irla desertizando en lo vital, y hasta en la vital, que se va con los pájaros y las ranas a Salburua. Si se trata de revancha anti VTV pues supongo yo que habrá otros caminos que no sean castigar a muchos que somos simplemente gasteiztarras.
Nos vamos a quedar con un centro sin tiendas, sin cines, sin aparcamientos, sin viviendas, sin estaciones, sin grandes equipamientos culturales. Vamos, un centro para ir al banco o a la caja y volverse a casa montado en el tranvía o en el trenecito turístico.
En fin, que realmente creo que el centro de Vitoria debe seguir siendo el que es, el conjunto que forman su casco medieval y su ensanche decimonónico. Y debe serlo para los de casa y para los de fuera, para los de fuera del centro y para los de fuera de la cliudad también. Porque entre otras cosas no se peatonaliza todo un barrio para luego dejarlo desierto. No tiene sentido. Por cierto, y ya para rematar, y creo que alguna otra vez ya lo he propuesto… el auditorio en la parcela de la estación del ferrocarril que desaparecerá de aquí a no mucho. En el cruce del eje de dato con el nuevo boulevard del antiguo ferrocarril, a caballo entre la ciudad del XIX y el sur universitario. Visible desde San Vicente, desde Zaldiaran, Olárizu y dada su altura, posiblemente desde la torre de la vieja catedral también.
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