Publicado en Diario de Noticias de ílava el 17 de febrero de 2008Â
Terminó la copa. La ganó el Joventud o la perdió el Baskonia. Qué más da. La ganaron los dos, la ganó Gasteiz, la ganaron dos grandes aficiones de las que gustan del basket. De las que no venden sus abonos aunque pierdan, de las que ven los partidos de los demás y además entienden. Ciudades pequeñas en las que se habla basket hace años, muchos años. Aficiones grandes en conocimiento y en elegancia. A mi personalmente era la final que más me gustaba, y pudo ser. Lógicamente quería que ganase el Baskonia. Y eso ya no pudo ser. Pero como les decía antes del partido a unos aficionados del Joventud, por el juego de uno y otro en los partidos anteriores, si tuviese que haberme jugado los cuartos, me los hubiese jugado a favor de ellos.
Atrás quedaron los grandes equipos de futbol, digo de baloncesto. Atrás las operaciones financieras, las franquicias. Atrás las sorpresas y los recién llegados. Y es que la otra cosa que a uno le llama la atención es el caracter cainita de ciertas aficiones, o de cierta parte de ciertas aficiones y sus medios. Medios de comunicación que pagamos entre todos, y que deberían hablar de todos. Porque yo en este tema me pierdo. Como una ciudad es más grande que la otra, le dedicamos más tiempo a una ciudad que a otra. Es lo que debe ser lo de la cuota de pantalla. Y si en un sitio hay un terremoto, como el sitio etá poco poblado le damos menos importancia que a la caida de una hoja de un árbol del parque de la ciudad poblada.
No sé. Hay cosas que no me han dejado muy buen sabor de boca. Entre otras, y por supuesto, no habernos quedado con la copa. Pero para eso están las estadísticas, para romperlas. Lo que si que me ha dejado un sabor dulce es que muchos de quienes nos han visitado estos días guardarán de nosotros y nuestra tierra un grato recuerdo. Que vuelvan pronto y nosotros a por otra, que aún queda mucha temporada…
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