Cuando hablamos de P2P, o de bajar música, o películas, o en general de trastear en internet parece como si tuviésemos que hacerlo con un cierto cargo de conciencia, para lo bueno o para lo malo. Arrepentidos ladrones de lo ajeno u orgullosos salteadores de cánones y beneficios.
Pero esto del P2P tiene una faceta que bien mirada puede ser incluso hasta socialmente justa y equilibradora, la de los raritos, la de los coleccionistas. Y es que a mi por ejemplo me pasa que todo el mundo dice que no se qué red es muy rápida, y a mi sin embargo las cosas que me interesan me tardan días, y eso cuando están. Por eso es bonito encontrar gente que comparte esos temas que ya no es que uno no los quiera comprar, sino que muchas veces simple y llanamente ya no están a la venta. No son rentables. Por eso es también bonito seguir luego compartiéndolos con los demás.
Es en el fondo un paso más en la socialización del arte y la cultura. Un paso congruente con aquel que teorizó Walter Benjamin en torno a los cambios que produciría la posibilidad de reproducción masiva de las obras de arte y cultura. Cambios en los hábitos de consumo, y cambios en la esencia misma de la obra, desprendida de un “aura” ya no tan necesaria para su disfrute, capaz de conmover y comunicar además del disfrute de su propia esencia material.
El P2P nos hace poder disfrutar de obras reproducidas ya agotadas. Ya ni el soporte de reproducción, el vinilo y pronto también el CD, con su materialidad, resultan significantes ni imprescindibles para poder rescatar del pasado muchos de esos nuestros recuerdos sonoros. Todo un placer de buscar y compartir.
Bueno, y de vez en cuando también me bajo alguna novedad, para que vamos a mentir…
El P2P, herramienta social…
El P2P es algo más que una forma de "bajárselo" todo. Es también un magnífico medio en el que copartir rarezas y poder acceder a temas, discos y autores que están descatalogados o son de dificil acceso. Vamos, que es socializar el colecc…