En muchos sentidos, Henrike Kní¶rr era un prototipo de sabio. Carezco de la fortuna de haber tenido un extenso trato personal con él, aunque alguna vez nos hayan presentado. Cuento sin embargo con la suerte de haber compartido espacios y conocidos puente, esto es, gente que le ha conocido bien, y que me ha hablado de él, entre ellos mi padre.
Cada uno se forma una imágen de la gente. Una imágen que se sustenta en lo que lee, en lo que oye, en lo que ve, y sobre todo, en la impresión que la propia presencia de alguien cerca de uno le traslada. Así hay veces que aún no habiendo hablado nunca con una persona, cuando le vemos hablar o simplemente estar junto a nosotros, nos trasmite sensación de seguridad, de debilidad, de delicadeza o de fortaleza, de lo que sea según los casos. Bueno, pues este hombre trasladaba sensación de lo que todos los que le conocen señalan, sabiduría. Era en el sentido arcaico del término un hombre sabio.
Un sabio es prudente, un punto retraido, sereno, suave en las formas y vehemente en los conceptos. Un sabio tiene una mirada que interroga y a la vez una cierta expresión distante, distraida. Un sabio no es un vinagre, no tiene porque serlo, porque disfruta con lo que aprende más que con lo que sabe. Y eso también se marca en la cara y el gesto. En una pacífica sonrisa, en un aire cuasi beatífico, como si de un santón se tratase.
Un sabio a veces aburre, a veces molesta, a veces incordia, porque no habla tanto por oportunidad o conveniencia sino por convencimiento y deseo de conocer y compartir lo más cercano a la verdad. Un sabio interesa a los oportunistas más o menos a lo largo del tiempo y los contextos, pero mantiene vivo su interés en la comunidad de sabios aprendices y demás aficionados a las cosas del saber.
Un sabio se fue el otro día con mucho por saber. Intacto su deseo de aprender y enseñar. Dejando un hueco difícil de ocupar. Regalando un legado de cultura, y opinión, y presencia, y saber estar. No estaría mal tenerlo presente más allá de la puerta de la iglesia donde se celebrará su funeral.
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