El Obispo Asurmendi se ha tomado en serio su labor y se ha aplicado el dicho, y cómo además de predicar hay que dar trigo, o por lo menos tenerlo, se ha acercado a las ondas y así como quien si quiere la cosa ha recordado a sus fieles, y a los que no lo son también, que la caja es la caja, que pongan la crucecita de marras en su declaración de renta. Ya es curioso también lo de que haya que poner una cruz, y no una media luna o un ying yang, o una estrella, o hasta el símbolo del dolar o del euro, que también esa iglesia tiene buen número de adeptos.
Pero a mi el detalle que me llama la atención es que un obispo utilice una emisora para lanzar su prédica o por mejor decir, pasar el cepillo. Y me llama la atención por dos cosas que vienen a ser la misma. La primera es que, teniendo su propia emisora, la COPE, se vaya a una de la competencia, Punto Radio, a hacer su cuestación.
La segunda, que tiene que ver con la primera, es que debería también explicar que entre otras cosas que financia la crucecita una es precisamente la COPE. Y realmente, es todo uno poner la COPE una mañana cualquiera, o una tarde, o una noche, y decirse indignado “yo esto no lo pago”. A mi no me preocupa porque aún siendo respetuoso con el clero y los creyentes; aún contando como cuento con recíprocos aprecios con muchos de ellos, seglares y no seglares; aún valorando el peso de la iglesia en nuestra historia y nuestra cultura, aún con todo eso ejerzo más de apóstata que de católico. Soy, como muchos otros, “apóstata de hecho”. Pero tengo la impresión de que a numerosos creyentes les gustaría que hubiese dos casillitas, una para la iglesia y otra para la COPE. Porque visto que la iglesia no es por esencia y naturaleza una organización democrática sino teocrática, la única forma de expresarse y pedir a la jerarquía un cierto control sobre sus ondas sería, precisamente, por la vía del bolsillo.
En fin, que dios, sabe quien, me libre de ser acusado de instigar la desobediencia fiscal a los creyentes descontentos con la COPE, pero que si que es cierto que estos obispos deberían hacer algo con los desmanes de sus voceros radiofónicos. Ya se sabe, a dios rogando y con el mazo dando…
Ya seguimos con el óbolo. ¡ LA IGLESIA, VAYA CRUZ…!
Pinttu