Publicado en Diario de Noticias de ílava el 27 de mayo de 2008
Mi relación con el vocablo capital ha sido, a lo largo de toda mi vida, tan intensa como intensamente la ha marcado una cuestión de género. Por eso me han llegado al corazón estas celebraciones Vitorianas dedicadas a tal palabra.
En lo que se refiere a LA capital siempre he vivido en una. Nací de hecho en una pequeña capital de provincia que se empeñaba en dejar de serlo y, que de hecho es a fecha de hoy una pujante capital de territorio histórico, y hasta de comunidad autónoma. Y ojo, de cara al futuro lleva camino de convertirse en una capital mundial de excelencias acústicas, todo un logro. Viví y estudié después en una capital que lo fue de una república para ser de una reprivada y retornar en capital de un reino para unos nación y para otros estado. Vuelto de nuevo a mi querido solar alavés residí por años en la capital de uno de los más extensos municipios del territorio, en Pobes, la capital de toda la Ribera Alta. Y de allí me trasladé a mi actual residencia: la capital del municipio de La Puebla de Arganzón, que es capital además de municipio gracias aunque sea a Villanueva de la Oca. Vamos, que en cuestión de capitales del género que nos ocupa, el que no se consuela es porque no quiere”¦
En lo que se refiere al EL capital, lo cierto es que ha sido también una relación tan continua e inevitable como desastrosa. A mí nunca me ha ido mucho lo del capital y sus ismos, así que, en lógica correspondencia, el tal capital ha hecho lo mismo conmigo y me ha ignorado de forma sistemática. Claro que en este caso, y a diferencia del otro género, aquí el que no se consuela no es porque no quiere, sino porque o no puede o no le dejan. Para terminar de completar la cuestión del género de marras, hasta El Capital de Marx se me resiste. Y mira que he tragado ladrillos más espesos en mi vida de lector. Pero este”¦ no se, será la cuestión del género o que no lo escribió su primo Groucho.
En fin, que a mi lo de celebrar me parece siempre bien. Vamos que por celebrar celebro hasta el corpus christi si se tercia. O sea que palmas palmitas para los 28 años de capitalidad. Pero sin aguar la fiesta, que de eso se encarga nuestro clima, más que celebrarlo hay que serlo, y para eso hay que tener capacidad para decidirlo. Y por otra parte también tengo la impresión de que a la ciudadanía igual le hacía más ilusión que montase una celebración la Caja Vital y nos alegrasen EL capital, yo que sé, adelantándonos los 400 euros famosos o algo así, por proponer que no quede”¦
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